Como indemnización por el desplazamiento que sufrieron a causa de las amenazas de las FARC en 2006, la comunidad indígena nukak makú ubicada en San José del Guaviare (Colombia) recibió más de 697.700 dólares. El problema es que no han podido sacar un solo peso de la cuenta y llevan varios años aguantando hambre. (Una chavista vende hallacas en Colombia y la descubren por Twitter)
Los cultivos de la coca y la guerra obligaron a los nukak a dejar sus casas en la selva, sus tierras y, por ende, su sustento de vida. Y debieron llegar al casco urbano de la capital de Guaviare sin saber qué iban a hacer. Pese a que tienen dinero, la ley no se los permite sacar y sus miembros siguen pasando necesidades, reportó El Tiempo. (Lo buscaban «vivo o muerto»: Detienen en Colombia a un sicario venezolano por asesinar a 15 personas)
«El Gobierno Nacional nos ha consignado la plata, pero estamos amarrados debido a que ellos no tienen un gobierno propio. Así veamos que ellos la requieren con carácter urgente, no podemos disponer de ella», dijo al medio nacional Efraín Rivera, alcalde de San José.
La única posibilidad de sacar el dinero es que los nukak tengan una organización legalmente constituida, y no la tienen porque en su tradición la organización se hace por familias. De hecho, no tienen un líder visible o un representante, y muy pocos hablan español.
«El Ministerio del Interior debe ayudar en eso, debe ayudarlos a organizarse. Creo que el Ministerio debe colaborar con la modificación de la ley», expresó el alcalde a El Tiempo. En el municipio son unos 250 nukak los que viven en condiciones precarias y con escasa asistencia de salud, sobre todo para los niños.
Otra preocupación es que están perdiendo sus costumbres para adaptar las de los hombres blancos. Mientras, el Ejército se encuentra buscando la forma de que puedan regresar a sus lugares de origen en la selva, que es una reserva de 200.000 hectáreas, mientras que hoy están en menos de 5.