Todo comenzó hace más de 10 años, cuando empezó a hacer liberaciones y exorcismos con la Iglesia Católica Apostólica Antigua, en la cual se ordenó Obispo en 2013. Desde entonces siente que lo intentan asfixiar, que lo despiertan con agresividad y amanece con marcas y rasguños en su cuello.
Tirado contó al medio nacional que su primer exorcismo fue a una mujer de 40 años a quien, un enamorado que rechazó, le hizo brujería. Le enviaron un espíritu que le indicó al sacerdote que no podía salir de su cuerpo porque estaba encerrado en un frasco, que estaba enterrado en un cementerio. (Un exorcista español, condenado por abusos sexuales )
Con las indicaciones el sacerdote desenterró y destruyó el objeto, ubicado en una cementerio al sur de Bogotá y así la pudo liberar. Tirado dijo a El Tiempo que las personas poseídas tienen comportamientos alterados, ríen con desespero y cambian de voz.
Y los peores son los demonios, que hacen que las personas giren su cabeza 360 grados sin explicación fisiológica, que leviten y tengan una fuerza descomunal, incluso hablan en lenguas antiguas y desaparecidas.
El peor caso que le ha tocado fue, justamente, el de un niño de 10 años que terminó, sin saber, invocando un espíritu poderoso mientras jugaba a las tijeras con sus amigos del colegio. Días después comenzaron las actividades paranormales en su casa y a todos los miembros de su familia.
El niño levitaba y se pegaba contra la pared fuertemente, y le estiraban las extremidades. Tirado contó a El Tiempo que fue un caso difícil de varias semanas, pues le tocó hacer exorcismos a cada miembro de la familia. Así descubrió que el espíritu era de un niño que se había suicidado a pocas cuadras del colegio donde jugaron.
Tirado también advierte que hay casos que se tratan de episodios mentales como bipolaridad y esquizofrenia que nada tienen que ver con posesiones. Y para eso evalúa los síntomas, cosas que no tienen explicación científica, como levitar, indican que se trataría de un espíritu maligno. Por eso estudia con cautela cada caso.