Mehrnaz Didgar es reconocida como una de las mejores especialistas de Lovaina, una ciudad belga de la provincia de Brabante Flamenco. Pero recientemente enfrentó el reto más grande de su vida. (¿Es verdad que el té caliente incrementa el riesgo de cáncer de esófago? )
La neurocirujana asfixió a su propia hija enferma de cáncer, pero no irá a la cárcel de acuerdo con la resolución del juez. Didgar, de 51 años, utilizó una bolsa de plástico que colocó sobre la boca y la nariz de su hija Eline durante 15 minutos, luego de haberla sedado con algunos medicamentos. ( Empresas cárnicas añaden sustancias químicas al tocino y al jamón que pueden causar cáncer )
Eline sufría cáncer de tiroides desde que tenía siete años y, según los informes del caso, madre e hija habían pasado años en depresión.
Aunque el fiscal solicitó 26 años de prisión para la eminente doctora, el juez Peter Hartoch ordenó una sentencia suspendida por cinco años y buscar ayuda psicológica. Hartoch calificó al caso como el juicio más pesado y más difícil de su carrera, pero decidió ser indulgente ante el impecable historial de la neurocirujana y su culpa admitida en todo momento.
Luego de asesinar a su hija, Didgar llamó a un amigo para decirle lo que había hecho. El hombre la denunció a las autoridades y la doctora huyó en su auto BMW, reporta el diario The Mirror. Una hora más tarde su auto fue localizado con un neumático averiado y daños generales. La mujer fue aprehendida mientras le decía a la policía que quería morir.
Didgar confesó que había asesinado a su hija durante el interrogatorio y también en el primer día del juicio. La especialista afirmó que Eline le había dicho varias veces que quería morir y que no quería casarse ni tener hijos. Sin embargo, el padre de la adolescente, Steven Pans, aseguró que la chica estaba lidiando mejor con su enfermedad y que nunca quiso morir, ni siquiera en los momentos de mayor dolor.
Didgar agradeció la segunda oportunidad que tiene ahora que no pisará la cárcel y aseguró que, si pudiera regresar el tiempo, no habría matado a su hija. «Odio que me vean como una asesina. Puedo sentir el dolor de Steven. Sé lo que significa para él», declaró.