La guerra de narcos en México vivió uno de sus momentos mñas tensos en junio de 2014 cuando, luego de 8 años de iniciar la «Guerra contra el narcotráfico», que declaró el expresidente Felipe Calderón originando una ola de violencia imparable hasta ahora en todo el territorio nacional; 4 lideres de los cárteles más poderosos de México, que operaban en ese entonces, se reunieron en una narcocumbre en el municipio de Piedras Negras, en el estado de Coahuila. (Los narcos mexicanos inspiran este innovador y moderno narcolaboratorio descubierto en Holanda)
Los reunidos en el cónclave del narco de 2014 fueron Vicente Carrillo Fuentes, «El Viceroy», del Cártel de Juárez; Omar Treviño Morales, «El Z42»; cabeza de Los Zetas, además de otro hombre identificado como «El Z43». (El grotesco vídeo de los narcos mexicanos: Sacan el corazón a un sicario de «El Mencho» )
A la reunión también asistieron Nemesio Oseguera Cervantes, «El Mencho», del Cártel Jalisco Nueva Generación; el único capo que no asistió a Piedras Negras fue Héctor Beltrán Leyva, «El H»; sin embargo, estuvo representado por su operador, Fausto Isidro Meza, «El Chapo Isidro».
La cumbre de narcotraficantes, de acuerdo con reportes de inteligencia de los gobiernos de México y de Estados Unidos, se realizó un rancho de Piedras Negras.
El objetivo de dicha cumbre, según los informes, era la reorganización del territorio para pacificar el país, además de crear una alianza entre cárteles para crear un solo frente en el narcotráfico.
En aquellos años, estos 4 grupos criminales operaban en una veintena de estados de la República, ahora, el Cártel Jalisco Nueva Generación es la organización delictiva que opera en 22 entidades, de acuerdo a los últimos datos otorgados por la DEA y autoridades mexicanas.
La reconfiguración que buscaban los líderes criminales con el cónclave, se debió a las múltiples bajas que registraron sus estructuras por los operativos implementados por el gobierno de Enrique Peña Nieto, pero sobre todo por el crecimiento de su principal enemigo: el Cártel de Sinaloa.
En enero pasado Alex Cifuentes, narcotraficante que trabajó con Joaquín «El Chapo» Guzmán, y fue testigo en el juicio que se le realizó al jefe del Cártel de Sinaloa en una corte de Nueva York, declaró que el expresidente Enrique Peña Nieto recibió un soborno de US$100 millones de parte del líder de «El Chapo».
Un escándalo anterior vinculó al expresidente Peña Nieto con el narcotráfico, particularmente con el Cártel de Sinaloa.
Unas fotografías de Peña Nieto salieron a la luz, cuando era presidente electo en 2012, donde posaba sonriente junto a Rafael Humberto Celaya Valenzuela, integrante de «El Chapo».
Celaya Valenzuela fue detenido en España en 2012 y sentenciado en una corte federal en New Hampshire por intentar extender a Estados Unidos las operaciones del cártel en diciembre de 2015.
El Cártel de Sinaloa no estuvo en la cumbre de Piedras Negras, ya que era enemigo de varios de los grupos participantes y en aquellos años era la organización criminal más extensa y fuerte del país.
De la narcocumbre que se realizó en junio de 2014 no se tienen más detalles, las autoridades del estado al ser cuestionadas sobre el tema negaron tener información.
El secretario de Gobierno de Coahuila de aquellos años, Armando Luna Canales, dijo en una entrevista: «Me preocupa un poco. Nosotros no tenemos información relacionada y lo que puedo decir también, es que si es alguna autoridad tiene la información, pues que lo compartan con nosotros para poder hacer las acciones correspondientes».
Sin embargo, la reunión de grandes jefes del narco que se realizó en 2014 no fue la primera. Siete años antes, en el 2007 se tuvo información que se llevó a cabo una convención de líderes del narco, en donde incluso, se afirmó que hubo un representante del gobierno federal.
En junio de 2007 surgieron versiones respecto de una reunión entre narcotraficantes de los cárteles del Golfo y de Sinaloa.
En la reunión, los jefes del narco habrían pactado no solo el reparto de territorios, sino también una tregua en todo el país a conveniencia de sus negocios ilícitos. Según sus acuerdos, la decisión de pacificar México solo dependía de ellos y no del gobierno federal.
En la asamblea narca de 2007 quien fungió como mediador fue el capo Juan José Esparragoza Moreno, «El Azul». Un poderoso narcotraficante originario de Badiraguato, Sinaloa, y reputado líder de la Federación, una organización de cárteles manejada de una manera muy similar a la mafia, mediante la extorsión y los lazos familiares.
El encuentro se realizó en un rancho del estado de Tamaulipas, hasta donde llegaron diversos vehículos de lujo, a bordo de los cuales llegaron altas figuras del narcotráfico con sus respectivos cuerpos de seguridad.
Según informes de Inteligencia fue un tanto ríspida la reunión, pues las peticiones que hizo «EL Chapo» fueron que le entregaran Tamaulipas y Veracruz, además de que se eliminara algunos de los miembros de Los Zetas.
De acuerdo con declaraciones de un funcionario de la DEA, publicadas en el semanario Proceso aquel año, el gobierno mexicano tuvo todos los detalles de las reuniones entre los jefes del narco.
Los datos históricos registran que la cumbre más célebre entre grupos antagónicos dedicados al tráfico de drogas fue la realizada luego de la caída de Miguel Ángel Félix Gallardo, quien hasta abril de 1989 fue el jefe del Cártel del Pacífico.
Félix Gallardo en aquella ocasión logró reunir a todos los capos: los hermanos Arellano Félix, Rafael Aguilar Guajardo y El Güero Palma, entre otros, a quienes les repartió el territorio.
El encuentro se llevó a cabo en Acapulco y Aguilar Guajardo fue el encargado de realizar todos los preparativos. Las negociaciones resultaron exitosas, aunque tiempo después comenzó la disputa por las plazas.