Meghan Markle, de 37 años, se está adaptando gradualmente a la vida como miembro de la corona británica y ahora como madre primeriza de Archie, con la ayuda de su propia madre, Doria Ragland, que dejó su casa de Los Ángeles para instalarse en Reino Unido y acompañar a su hija en su residencia de Frogmore Cottage cuando el príncipe Harry (34) está fuera de Windsor para cumplir con su agenda real.
Pero la princesa Diana, madre de los príncipes Harry y William, fallecida en un accidente automovilístico en París en 1997, no pudo conocer a Archie Harrison Mountbatten-Windsor, nacido el pasado lunes 6 de mayo, ni a George Alexander Louis, de 5 años, Charlotte Elizabeth Diana, de 4, y Louis Arthur Charles, de 1, los tres hijos del duque de Cambridge y de su esposa Kate Middleton.
William contó una vez cómo trata de mantener el recuerdo de Diana vivo para que sus hijos sepan de ella pese a su ausencia física: todas las noches cuando acuesta a los niños les cuenta historias de su madre.»Hablo constantemente de la abuela Diana y hemos puesto fotos suyas por toda la casa».
Y también imagina cómo habría sido su comportamiento como abuela: divertida y presente. «Estoy seguro de que habría aparecido a la hora del baño y dejado todo patas arriba, lleno de agua y burbujas. Y después se habría marchado dejándolo todo así».
Harry era muy apegado a su madre y perderla de tan niño fue un golpe muy duro.
En una entrevista en 2018 para conmemorar el vigésimo aniversario de su muerte, el príncipe admitió que reprimir sus emociones tuvo un impacto devastador en su salud mental. Gracias a la ayuda de su hermano mayor, decidió buscar ayuda profesional para tratar tantos años de angustia. «Mi hermano fue una gran bendición. No paraba de decirme que no estaba bien, que necesitaba hablar con alguien».
Y añadió: «Crecí creyendo que no tener madre era algo normal (…) Me decía a mi mismo que no lo pensara, porque no iba a traerla de vuelta si no a ponerme aún más triste. Incluso ahora, hablando de ello, puedo sentir esos abrazos que ella daba y los echo de menos. Ella solía envolverte y apretarte tan fuerte como podía. Extraño ese sentimiento. Echo de menos tener una madre».
Harry confesó que en los 20 años que su madre lleva fallecida solo ha llorado dos veces: en el entierro y en otra ocasión. «Aún hay mucho duelo que necesito sacar. Ha sido difícil y continúa siéndolo. No hay un solo día en el que William y yo no deseemos que siga por aquí».
Cuando hablan del recuerdo de su madre, los dos príncipes están de acuerdo en cuál es su mayor arrepentimiento. Es esa última llamada que Harry de 12 años y William de 15 recibieron de la princesa Diana el 30 de agosto de 1997, unas horas antes de morir en un accidente de auto en el túnel de Pont de l’Alma.
Los pequeños estaban de vacaciones en Balmoral, en Escocia, cuando su madre los llamó para hablar un rato con ellos. Llevaban un mes sin verla, pero eran niños y querían irse a jugar. «Harry y yo estábamos deseando colgar e irnos con nuestros primos. Si hubiéramos sabido lo que iba a ocurrir no habríamos sido tan apáticos. Esa llamada pesa mucho sobre mí» reconoció William.
Harry tiene el mismo doloroso sentimiento. «Es el mayor error de mi vida. Ni siquiera recuerdo lo que nos contó. Todo lo que recuerdo es arrepentirme el resto de mi vida de lo corta que fue la conversación y tendré que vivir con ello siempre».
No hay duda de que, como el príncipe William, Harry le contará a Archie historias de la abuela Diana cuando crezca. Pero hasta que esto ocurra, Markle y su esposo, sexto en la sucesión al trono, encontraron diferentes maneras se mantener viva la memoria de Diana.
El tributo a Lady Di a través del nacimiento de Archie
Es imposible negar que Harry y Meghan quieren mantener la memoria de Diana en su vida familiar. Cuando anunciaron el nacimiento de su hijo, la pareja real informó en su declaración oficial que los tres hermanos de Diana, Lady Jane Fellowes, Lady Sarah McCorquodale y Earl Spencer, estaban «encantados» con el nacimiento del niño.
Todo un gesto de los duques de Sussex que marcó una diferencia con William y Kate Middleton, quienes no tuvieron en cuenta de manera pública a la familia Spencer cuando fueron padres.
Así, el príncipe Harry dejó en claro que los tres hermanos de su fallecida madre son parte importante de su vida y de su familia. Una decisión que Buckingham tuvo que respetar, a pesar de que la relación de la familia real con la familia Diana no es y fue la más idílica.
El recién nacido es séptimo en la fila del trono británico y octavo bisnieto de la reina Isabel II.
Para celebrar su primer Día de la Madre, la duquesa de Sussex compartió una tierna foto de Archie con sus 8 millones de seguidores de Instagram. La leyenda en la fotografía hacia referencia a Diana de manera conmovedora: «Rendir homenaje a todas las madres de hoy, pasadas, presentes, futuras y perdidas, pero recordadas para siempre. Honramos y celebramos a todas y cada una de ustedes«.(Así celebró Meghan Markle su primer Día de las Madres)
En la imagen pueden verse los pies del bebé, por encima de la mano de Meghan. Además escribieron una cita de un poema llamado «Lands», de la escritora afroamericana Nayyirah Waheed, que decía: «Mi madre fue mi primer país, el primer lugar en el que viví».
Meghan y el pequeño Archie posaron en uno de los jardines de Frogmore Cottage, en los terrenos del castillo de Windsor, con unas miosotis, que aparecen de fondo, conocidas comúnmente como nomeolvides, las favoritas de la princesa Diana.
Una bonita manera de recordar y tener presente a la fallecida madre del príncipe Harry.
El ramo de novia durante la boda
De manera similar, Meghan rindió tributo a la madre de su esposo a través del ramo de novia que llevó durante la ceremonia de casamiento, que se llevo a cabo el 19 de mayo en la capilla St.George en Windsor. La duquesa incluyó nomeolvides así como rosas blancas que habían sido plantadas en memoria de Diana en los jardines del Palacio de Kensington el año anterior. El propio novio se ocupó de elegir las flores frescas para el bouquet de su entonces futura esposa.()
Además, el ramo también ha llevado arvejillas aromáticas, jazmín, astilbe, astrantia y lirios del valle, una flor que Shane Conelly incluyó en el ramo de novia de Kate Middleton hace ocho años y que también llevaron la propia Lady Di y Grace Kelly en sus respectivos enlaces.
Pero la flor principal, aparte del tributo a la princesa de Gales, era el mirto que es parte de la tradición en las bodas de la corona británica y que unió en el tiempo a Meghan Markle con la reina Victoria y a la reina Isabel que usó la misma en su ramo nupcial en 1947. Su significado es «amor y esperanza».
Y el anillo de Diana
Meghan no sólo homenajeó a Diana con las flores de su ramo de bodas sino que también eligió llevar uno de los anillos más famosos de la fallecida princesa en la recepción de noche en Frogmore House. La duquesa lució en su mano derecha la sortija con una esmeralda azul que combinó con un vestido de seda de Stella McCartney.
Un anillo con su propia historia. Cuando la princesa Diana se divorció del príncipe Carlos y tuvo que dejar de usar el anillo de compromiso que él le había dado –que hoy adorna la mano de la duquesa de Cambridge- decidió reemplazarlo con una vistosa joya. En lugar del zafiro en un azul profundo e intenso, eligió cambiar su sortija por uno también en azul, pero uno tan ligero como el agua del mar del Mediterráneo.
Pendientes de mariposa
En su primer día de la gira oficial en Australia en octubre pasado, Meghan rindió un homenaje a su suegra con sus bonitos pendientes de mariposa. La «Princesa del Pueblo» se los había puesto por primera vez para un viaje con el príncipe Carlos a Canadá en 1986. Es posible que los aros de oro hayan sido un regalo de Harry por la noticia del embarazo de su esposa.