La viuda de Pablo Escobar «pone en su lugar» a Virginia Vallejo, la ex amante del capo narco

María Víctoria Henao se refirió a una de las críticas más habituales que recibe con respecto a su vida actual

La viuda de Pablo Escobar "pone en su lugar" a Virginia Vallejo, la ex amante del capo narco
Henao, Escobar y Vallejo PD

Es la mujer que mejor conoció a Pablo Escobar y quien hoy carga la cruz de su pasado como viuda del narcotraficante más infame de la historia colombiana. María Víctoria Henao, hoy bajo el nombre de María Isabel Santos, se animó a volver a hablar sobre su pasado y respondió a varias críticas y acusaciones que ha recibido. En diálogo con Telemundo, la periodista Rashel Díaz le preguntó puntualmente por una frase lanzada por Virginia Vallejo, la periodista que sostuvo un romance muy poco secreto con el líder del cártel de Medellín. «Usted tiene vergüenza del apellido de su esposo pero no tiene vergüenza de usar los millones que él dejó», citó la entrevistadora.

Al respecto, Henao fue tajante. «Virginia está muy lejos de mi historia y realidad, ella no la conoció», se defendió.

En principio, explicó la decisión que tomó para su identidad y la de sus hijos. «No tiene nada que ver con vergüenza del apellido Escobar. De hecho, el cambio de identidad fue para buscar un lugar en un mundo en el que no cabíamos. El mundo a la familia Escobar no le abría ninguna puerta ni ningún país«, recordó.

A su vez, insistió en que no lleva una vida de lujos ni heredó una fortuna por las ganancias del narcotráfico. «De los millones de Pablo Escobar, el Estado colombiano lo tiene clarísimo, tiene en su poder sus propiedades y parte de los enemigos también se quedaron con su dinero«, enfatizó.

En otro pasaje de la entrevista, confesó que le fue imposible terminar la relación, por más que lo intentó muchas veces. «Idealicé mucho a Pablo, me quedé con el amor de niña», sostuvo Henao, quien lo conoció cuando tenía 12 años y fue obligada a abortar a los 14. «Todas las veces que quise salir de la relación por infidelidades y el horror, él seguía seduciéndome», recordó.

El nivel de angustia durante el apogeo de la violencia alcanzó tales niveles que llegó a desear su propia muerte y la de su familia. «Veía a mis hijos y decía ‘que no quede nadie vivo’, no había opción», dijo que pensaba con referencia a los habituales operativos que se producían para capturar a Escobar.

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