Durante la adolescencia es común experimentar con el cuerpo. Sin embargo, un joven terminó en el hospital por sus ocurrencias. Un pediatra chino revisó a uno de sus pacientes llamado Lin, un chico de 13 años, quien fue llevado por sus padres a una revisión, ya que presentaba desde hace días muchas molestias en el área genital y se preocuparon que fuera algo de gravedad.
El pediatra, quien laboral en el Hospital de Niños de Xi’an, ubicado en la capital de la provincia de Shaanxi, le mandó a hacer todo tipo de estudios al menor y fue gracias a una radiografía que pudo observar que habían una serie de “cuerpos extraños” en lugares insospechados.
Fue entonces cuando el pequeño Lin confesó que efectivamente, durante los últimos 3 meses se había estado introduciendo en el pene pequeñas bolas metálicas, las cuales se habían ido acumulando en su uretra. Además, indicó que hizo esto simplemente “por curiosidad”.
Un adolescente se las había introducido «para experimentar» y la vergüenza le había impedido contárselo a sus padres durante meses. https://t.co/032SrtVvuq
— Ciencia EL ESPAÑOL (@Ciencia_EE) 19 de junio de 2019
Cuando comenzó a sentir molestias intentó sacarlas, pero como eran de metal imantado, varias se agruparon y quedaron atascadas en el conducto. Ante esta situación, el chico tuvo que ser sometido a una pequeña intervención quirúrgica en donde lograron extraerle cerca de 29 bolas.
Pese a que sufría de intentos dolores abdominales, Lin prefirió guardar el secreto, pues se avergonzaba de lo que había hecho, hasta que sus padres notaron que cojeaba al caminar; entonces no le quedó de otra más que confesar la verdad.