Una historia, al menos, insólita ocurrió en Estados Unidos. Una mujer embarazada que perdió a su bebé tras recibir un disparo en una ciudad de Alabama (EEUU) fue acusada de homicidio involuntario mientras que para el tirador los cargos fueron retirados.
Marshae Jones, de 27 años y que vive en Birmingham, la ciudad más grande del estado, fue acusada por un Gran Jurado del Condado de Jefferson e ingresó a prisión preventiva. A pesar de que Jones no disparó el arma que acabó matando al feto, que era del sexo femenino, las autoridades dijeron que ella inició una disputa que acabó en los tiros que recibió.
La policía inicialmente acusó al tirador y presunto padre, Elbony Jemison, de 23 años, con homicidio involuntario, pero los cargos contra el hombre fueron rechazados por el Gran Jurado. Los disparos ocurrieron afuera de una tienda de la cadena Dollar General, en Park Road, Pleasant Grove, una población unos 15 kilometros al oeste de Birmingham. Agentes de policía fueron enviados al lugar de los hechos tras los reportes de que una persona había sido herido de bala pero, cuando llegaron, no encontraron a nadie. Jones había sido recogida y llevada a la ciudad de Fairfield. Los policías y los paramédicos la encontraron en una tienda de conveniencia en dicho lugar.
Jones fue llevada a un hospital local, donde se confirmó que tenía cinco meses de embarazo y había recibido un disparo en el estomago. El feto no sobrevivió al tiro. «La investigación mostró que la única víctima verdadera fue el bebé», expresó el subjefe de policía de Pleasant Grove, Danny Reid. «Fue la madre quien comenzó y continuó con la pelea que resultó en la muerte de su propio hijo», añadió.
Reid explicó en un comunicado que la pelea inició debido a la duda sobre quién era el padre del bebé de Jones. La investigación indicó que la mujer inició y presionó para que la riña continuara. Esto causó que, según el departamento de policía, Jemison se defendiera y «desafortunadamente» provocara la muerte. «Ella es la única víctima», reiteró Reid. «No perdamos la vista: ella no decidió entrometerse en una pelea, ella confiaba en que su madre le brindara protección», completó.
Jones será transferida a la prisión del Condado de Jefferson y se le fijó una fianza de 50.000 dólares. La decisión de acusar a la mujer de homicido involuntario provocó la furia de activistas por los derechos de las mujeres y de otros grupos en el estado. Alabama, ubicada en el «sur profundo» de Estados Unidos, es uno de los estados más conservadores del país. A mediados de mayo, su gobernadora, Kay Ivey, firmó la ley antiaborto más estricta del país.
La legislación contempla un siglo de prisión para los médicos que lo practiquen y tiene como fin llevar el debate a la Corte Suprema de Justicia. «Esta ley es un poderoso testamento de las firmes creencias de los residentes de Alabama de que cada vida es preciosa y es un regalo sagrado de Dios«, dijo Ivey en un comunicado divulgado tras firmar la ley que prohíbe el aborto en cualquier etapa de la gestación.
«El estado de Alabama ha probado de nuevo que en el momento en el que una persona se embaraza, su única responsabilidad es producir un bebé sano, y considera un acto criminal cualquier acción que la persona embarazada tome que pueda llegar a impedir el nacimiento», expresó la directora de una organización civil llamada Yellowhammer Fund, Amanda Reyes.