Dona el cuerpo de su madre para el estudio del Alzheimer, pero la usaron en pruebas de explosivos

Dona el cuerpo de su madre para el estudio del Alzheimer, pero la usaron en pruebas de explosivos
Doris Stauffer PD

Doris Stauffer murió a los 73 años tras sufrir varios años una rara condición de Alzheimer. Su hijo donó su cuerpo para que los científicos estudiaran su cerebro en busca del gen de la enfermedad que pudo mutar, pero cinco años después se enteró que en realidad el cadáver de su madre fue usado en un experimento de «prueba de explosión».

El caso de Doris es uno de las decenas de cuerpos comercializados por el personal del Centro de Recursos Biológicos en Arizona, operado por Stephen Gore, quien se declaró culpable de usar de manera indebida los restos humanos y deberá pasar un tiempo en la prisión.

Jim, el hijo de Doris, es uno de los 33 demandantes contra Stephen Gore y que esperan justicia por el uso ilegal de cientos de cuerpos humanos que serían usados con fines científicos, pero terminaron vendidos en partes o completos.

El hijo de Stauffer relató a FOX6 que su madre murió hace cinco años a causa de una rara condición de Alzheimer, enfermedad que adquirió aunque los médicos jamás le detectaron el gen, por lo que sospechaban que mutó.

Los especialistas le sugirieron que el cerebro de su madre debía estudiarse para conocer más sobre esta rara condición, pero su neurólogo no pudo hacerse cargo del cuerpo y así decidió donarlo al Centro de Recursos Biológicos (BRC) en el condado de Maricopa. El personal de esta empresa le aseguró que lo enviaría a una investigación neurológica, pero no ocurrió así.

«Me siento tonto, porque no soy una persona que confía, pero en esta situación no tienes idea de que esto está sucediendo, confías. Creo que la confianza es de lo que se alimentaron», declaró el hijo de Doris Stauffer al medio norteamericano.

«Había documentos firmados que indicaban qué era y qué no pasaría con su cuerpo», recordó Jim sobre los documentos que firmó cuando el cuerpo de su madre fue recogido por el personal de BRC tan sólo 45 minutos después de su muerte.

Días después, Jim recibió una pequeña caja de madera con cenizas de su madre, pero no supo qué ocurrió con el resto del cuerpo hasta hace unos meses cuando fue contactado por un periodista de Reuters.

El comunicador le informó que los trabajadores del BRC tomaron una mano de Doris para cremarla y enviarle un poco de sus cenizas. El resto del cadáver fue vendido por USD 5,893 al Ejército de EEUU, que adquirió otros 20 cuerpos para someterlos a un experimento de explosión para «tener una idea de lo que el cuerpo humano atraviesa cuando un vehículo es golpeado por un IED«.

El cuerpo de Doris fue atado a una silla y después se detonó un dispositivo explosivo. «Realmente había una redacción en este papeleo sobre la realización de estas cosas. ‘Realizando estas pruebas médicas que pueden involucrar explosiones, y dijimos que no. Marcamos la casilla «no» en todo eso», reiteró el hombre que no sabe cómo va superar este trago amargo.

«No veo un camino para superar esto. Cada vez que hay un recuerdo, cada vez que hay una fotografía que miras, hay algo feo que sucedió justo ahí mirándote«, mencionó.

Mark Cwynar, ex agente especial del FBI, describió «diversas escenas inquietantes» encontradas dentro del Centro de Recursos Biológicos, donde recibían cuerpos donados para investigaciones médicas, pero en realidad los utilizaban para ponerlos en venta dentro del mercado ilegal.

Durante su declaración, Cwynar dijo que en 2014 vio «un congelador lleno de genitales masculinos«, «un cubo de cabezas, brazos y piernas», así como diversas partes de cuerpos humanos apilados unos sobre otros en el piso.

Pero el ex agente relató algo más tétrico aún y es el cuerpo armado con una cabeza de mujer y el torso de un hombre. «Un torso grande con la cabeza removida y reemplazada con una cabeza más pequeña cosida de manera ‘Frankenstein‘», se lee en el archivo judicial de la demanda civil.

La agencia de noticias Reuters dijo que en este centro médico se encontraron más de 1.755 partes del cuerpo humano, que fueron retirados en 142 bolsas y pesaban 10 toneladas.

Tras la tétrica revelación, más de una docena de familias presentaron denuncias por el uso ilegal de los restos de los cuerpos que donaron para «la investigación de enfermedades» y que fueron vendidos en el mercado negro.

New York Post informó que en este lugar se podía comprar el cuerpo semicompleto de un niño, sin hombros y cabeza, a USD 2.900; una pierna entera a USD 1.100 o una rodilla por USD 375.

Fue en octubre de 2015 cuando Gore se declaró culpable de diversos cargos federales, entre ellos el de operar un negocio ilegal, pero la semana pasada fue sentenciado a cumplir un año de prisión diferida, cuatro años de libertad condicional y además deberá pagar USD 121.000 en restitución a las familias afectadas.

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