La autopsia del financista Jeffrey Epstein, quien aparentemente se suicidó mientras esperaba ser enjuiciado por cargos de tráfico sexual, reveló que su cuello se había fracturado en varios lugares. Tales lesiones pueden ocurrir a personas que se ahorcan o son estranguladas, dijo el Washington Post, que citó fuentes no identificadas familiarizadas con los resultados de la autopsia. La oficina del Médico Forense de Nueva York por ahora no comentó públicamente el informe, que continuó con el debate de teorías sobre la muerte del financista.
El diario estadounidense indicó que Epstein sufrió una fractura del hueso hioides (cercano a la manzana de Adán), una condición que puede causarse por un ahorcamiento, sobre todo si se trata de una persona mayor, pero también es muy común entre las víctimas de estrangulamiento.
«Generalmente la fractura plantea dudas sobre un estrangulamiento, pero no es concluyente y no excluye la posibilidad de un suicidio por ahorcamiento», indicó Jonathan Arden, presidente de la Asociación Nacional de Médicos Forenses, consultado por el Post.
Ante estos resultados, los investigadores están buscando mayor información sobre el hecho, tales como evidencias en la celda y los pasillos para determinar si es que alguien pudo haber entrado al lugar. Además, se están esperando los resultados de los exámenes toxicológicos para descartar el uso de alguna sustancia inusual.
Epstein, condenado por delitos sexuales, fue encontrado sin vida en su celda en Nueva York en las primeras horas del sábado. El financista se declaró inocente en julio de los cargos de tráfico sexual de decenas de niñas menores de edad entre 2002 y 2005. Los fiscales dijeron que reclutó a jóvenes para que le dieran masajes, que luego se convirtieron en algo sexual.
Múltiples publicaciones han dicho que los guardias no siguieron los procedimientos para controlar a Epstein con frecuencia, se quedaron dormidos, adulteraron los registros y lo dejaron solo en su celda durante tres horas. El multimillonario había estado bajo vigilancia por riesgo de suicidio en el Centro Correccional Metropolitano en Manhattan, pero luego fue puesto de nuevo en una celda regular.
El fiscal general William Barr, cuya agencia supervisa la Oficina de Prisiones, ha dicho que la investigación criminal de cualquier posible cómplice continuará. También exigió una investigación sobre la muerte de Epstein y ha ordenado la destitución del director de la prisión.