La pena de muerte vuelve a aplicarse en EEUU. El estado de Florida se apresta a ejecutar a Gary Ray Bowles, quien confesó haber matado a seis hombres en 1994 en una serie de ataques contra homosexuales.
Bowles es conocido como «el asesino de la I-95» (en referencia a la arteria que conecta el este de Estados Unidos de norte a sur), porque mató a las seis víctimas en seis estados a lo largo de esta autopista. Luego de que la Corte Suprema de Florida rechazara varias apelaciones orientadas a suspenderla, la ejecución por inyección letal quedó fijada.
Según la orden de ejecución, en su infancia Bowles padeció golpizas de sus padrastros y el abandono de la madre. El Washington Post publicó una biografía de Bowles en 1994, quien en ese momento estaba fugitivo, en la que narra que el entonces «guapo y encantador» asesino de homosexuales se fue de su casa en la adolescencia y se dedicó a la prostitución para sobrevivir.
Desde entonces fue arrestado varias veces. Pasó unos años en prisión en la década de 1980 por agredir y violar «brutalmente» a su novia y volvió a la cárcel la década siguiente por robo. En 1994 fue capturado en Jacksonville, en el noreste de Florida, por el asesinato de Walter Jamelle Hinton. Luego Bowles confesó haber matado a seis hombres en cuatro estados.
Se declaró culpable en 1996 y sentenciado en 1999 por el asesinato de Hinton. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó su orden de ejecución el 11 de junio.