La ‘cheerleader de la muerte’, así bautizaron a la porrista que supuestamente asesinó a su propio bebé y la enterró en el jardín para poder continuar con su vida “perfecta” de adolescente está a punto de ser juzgada. Brooke Skylar Richardson tenía solo 18 años cuando dio a luz en secreto en su baño mientras su familia dormía.
Nadie a su alrededor sabía que estaba embarazada, y no reveló a nadie que su bebé “murió”. De hecho, se graduó de la escuela secundaria solo dos semanas después de que todo sucediera. Todo se destapó cuando un ginecólogo informó de que el bebé había muerto, pero que la causa de la muerte era desconocida. La policía decidió investigar.
Con 20 años, Richardson apareció en el Tribunal del Condado de Warren, Ohio, cuando comenzó la selección del jurado. Ella enfrenta cargos de asesinato agravado y homicidio involuntario, por lo que podría ir a prisión de por vida si es hallada culpable.
El juez del condado de Warren, Donald Oda, dijo que los miembros del jurado debían completar un cuestionario antes de la selección. El grupo seleccionada era mucho mayor para este caso y que la selección se completaría por etapas. “Tenemos tantos miembros del jurado aquí hoy porque este juicio ha generado cierto nivel de tensión en la prensa y en las redes sociales”, dijo Oda, explicando que el estado estaba haciendo todo lo posible para evitar perjudicar el juicio al tener jurados con un conocimiento previo sustancial del caso, según informa The Mirror.
Richardson dio a luz a un bebé sano en julio de 2017 y luego supuestamente le rompió el cráneo e incluso pudo haber prendido fuego al bebé en un intento de quemar el cadáver, aunque un antropólogo forense más tarde pareció retractarse de esa afirmación.
Los abogados de Richardson afirman que ella experimentó una muerte fetal y enterró a un feto a las 33 semanas de embarazo en el patio trasero. Sin embargo, el estado afirma que ella mató a propósito a un bebé nacido vivo porque no quería estar embarazada.
Las autoridades se enteraron por primera vez de la existencia del bebé por un médico al que Richardson había visitado solo unas semanas antes de dar a luz. Richardson se puso de parto en su propio baño y ahí dio a luz. Los restos del bebé fueron encontrados poco después, y los fiscales creen que Richardson mató y enterró a su propio bebé.