La dueña de un perro quedó absolutamente mortificada después de que su perro, un basset hound, recogió un nuevo juguete de la calle durante su paseo diario. Cuando Sara Middleton salió a dar un tranquilo paseo con su perro Flossie, no podía imaginar los sonrojos que tendría que soportar.
Lo normal es que a los perros les guste agarrar un palo de madera, una botella vieja y perdida, piedras u objetos de ese tipo. Sin embargo, para vergüenza de Sara, Flossie puso la vista en algo un poco más explícito.
A Flossie le gustó un gran vibrador rosa que encontró embarrado y abandonado en el bosque. No está claro cómo el juguete sexual llegó hasta ahí, pero Flossie parecía absolutamente encantada con su hallazgo.
El perro de caza se negó a separarse de su tesoro, y procedió a marchar de regreso a casa, feliz con su juguete sexual de ocho pulgadas en la boca, durante aproximadamente dos millas.
Mientras tanto, la avergonzada propietaria del perro no estaba tan emocionada como el animal. Sara, que trabaja como bombero para Tyne y Wear Fire and Rescue Service, admite que rezó para no encontrar a nadie en el camino de regreso a casa, pero claro que eso no sucedió. La vieron a ella, a su perra y al vibrador.