Sólo tenía un dedo roto, pero por un terrible fallo médico termina con el dedo gordo del pie en la mano

Sólo tenía un dedo roto, pero por un terrible fallo médico termina con el dedo gordo del pie en la mano
Britney Thomas PD

Britney Thomas, una australiana de 17 años, se rompió el pulgar de la mano izquierda durante un partido de cricket, su deporte favorito. Los doctores le dijeron en abril de 2018, cuando sucedió el accidente, que una simple cirugía la tendría de vuelta en el campo dentro de muy poco. Pero Thomas se llevó una terrible sorpresa cuando regresó para una revisión de rutina en el hospital regional de Latrobe, en Melbourne (Australia), reportó el diario The Washington Post.

Tras reparar el hueso los doctores le enyesaron el dedo roto y le dijeron que volviera dentro de seis días para una revisión. Cumplido el plazo Thomas regresó con un dolor insoportable, cuando la doctora le quitó el yeso no podía creer lo que estaba viendo.

El dedo estaba completamente negro. El hospital había cometido un error y ahora no quedaba otra opción más que amputar el miembro y reemplazarlo con algo igualmente drástico, el dedo gordo del pie. “Era una fractura sencilla, una cirugía fácil y un error simplemente horrible”, dijo a The Washington Post el abogado de la joven, Tom Ballentyne.

Medios australianos que reportaron esta historia primero han indicado que se trata de parte de un problema más grande en los hospitales regionales de esa nación, donde los errores quirúrgicos han tenido consecuencias desastrosas para los pacientes. Thomas se encontraba jugando cricket en la ciudad de Hong Kong (China) en 2018 cuando sufrió el accidente que le partió el hueso de su pulgar izquierdo. Un cirujano ortopédico corrigió la fractura y enyesó el dedo.

Pero el hospital cometió un error garrafal, se olvidó de remover un torniquete elástico que le había colocado y que no debía haberse quedado tanto tiempo dentro del dedo enyesado. Cuando Thomas regresó para su cita de revisión, su dedo estaba morado, completamente muerto.

Thomas fue llevada de emergencia al quirófano y en el camino le dijeron la amarga verdad: seguramente iba a perder su pulgar. Para reemplazar el dedo que tuvo que ser amputado, el cirujano también cortó uno de sus dedos gordos del pie, el cual reemplazó con un hueso de la cadera.

Thomas soñaba con convertirse en una jugadora profesional de cricket. Ahora, en medio de su cuarto llenó de los trofeos que ganó, lamenta que ya ni siquiera puede sostener el bate: su dedo gordo del pie en la mano izquierda no se puede doblar en la coyuntura, dijo a reporteros de la cadena ABC.

“La gente me pregunta, ‘Oh por qué se ve tan raro tu dedo’”, dijo Thomas a ABC. “Y yo les digo: ‘Porque no es mi pulgar, es mi dedo gordo del pie”.

El hospital regional de Latrobe es el único que se encuentra cerca de la región donde vive Thomas, en el sureste de la provincia de Victoria. Su abogado dijo al Washington Post que es el centro de salud al que la mayoría de las personas acuden si necesitan un tratamiento como una quimioterapia o una cirugía ortopédica.

El hospital descubrió luego de investigar el caso que el equipo de cirugía había tachado por error en el listado que el torniquete ya había sido removido. “Me sentí enfermo del estómago”, dijo a ABC el director del hospital, Peter Craighead. “Es muy devastador enterarse de que algo así sucedió».

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