La familia que debía ofrecerle un futuro mejor fueron quienes más daño le hicieron. En 2010, un matrimonio de Indiana (EEUU) con tres hijos biológicos inició los trámites para adoptar a una niña ucraniana de ocho años con enanismo. La familia crecía ante la aparente ilusión boyante de los padres, que por fin darían estabilidad afectiva a la menor de Europa del este. Dos años después, sin embargo, el cuento con final feliz se convirtió en una historia inverosímil.
La familia Barnett se mudó en 2013 a Canadá, pero su hija adoptiva no viajó con ellos al país extranjero. La dejaron a su suerte en Indiana, en un departamento que alquilaron para ella en Lafayette. Según la policía, la menor tenía entonces 10 años. Tras más de cinco años de investigación, el pasado miércoles, Kristine Elizabeth Barnett, de 45 años, y su ahora ex esposo, Michael Barnett, de 43, fueron acusados de negligencia por abandonar a la menor. Un cargo que niega rotundamente la procesada, que defendió su inocencia, y aseguró que fue víctima de un fraude.
La niña ucraniana de 8 años, aseguró Kristine Barnett, era en realidad mucho mayor de lo que parecía. En su certificado de nacimiento no figuraba su edad real, y había sido falsificado por los responsables en Ucrania para favorecer la adopción. Antes de mudarse, en 2012, ella y su esposo habrían modificado legalmente la edad de la niña, de 10 a 22 años. «Está bien, no debería estar hablando con nadie pero […] esto es lo que está ocurriendo en realidad. Estoy triste y devastada por los cargos presentados y sigo manteniendo que son cargos falsos. Familiares y amigos, ustedes deciden si lo que están leyendo es real o falso. He tenido que venir aquí para confirmar que no me han detenido y mi abogado me asegura y me ha confirmado que no hay orden de arresto», escribió Kristine Barnett en su cuenta de Facebook, para desmentir la información de algunos medios de comunicación que publicaron que ya había sido detenida.
La acusada mostró además a la cadena WISH-TV un informe médico realizado por un doctor de Indiana University Health (IU Health), que cuestionaba la evaluación policial. El documento del médico, que carece de fecha, concluyó que la edad de la hija adoptiva «es claramente inexacta». Se basó en sus registros dentales, en su desarrollo sexual adulto, y en su ciclo menstrual. Además, le diagnosticó un trastorno de personalidad y afirmó que la paciente le había reconocido que en 2011 ya había superado la mayoría de edad y que había perpetuado el fraude. Pero hasta el momento, IU Health no ha confirmado que el informe sea auténtico.
Las autoridades supieron del caso en 2014, un año después de que la familia se mudara a Canadá. Habían acudido al departamento de Lafayette para desahuciar a la inquilina, por no pagar la renta. Dentro encontraron a la niña, que según la versión policial tenía 13 años, y que hasta el momento no ha sido identificada. Comenzó entonces una investigación que duró más de cinco años.
En los interrogatorios, Michael Barnett admitió que únicamente pagaban el alquiler del departamento, pero no costeaban el resto de gastos de su hija adoptiva. Dijo también que su ex esposa instruyó a la niña para que dijera que ya había cumplido 22 años, en caso de que alguien le preguntara.
Según los registros, la joven ucraniana vivió hasta el 2016 en el condado de Tippecanoe, pero ahora se desconoce su lugar de residencia.