Una denuncia hecha el domingo 03 de noviembre en Twitter, dejó en evidencia como una broma irresponsable puede convertirse en un acto de total irresponsabilidad.
La denuncia realizada por la usuaria a quien llamaremos Ana C. comenta como una serie de llamadas telefónicas, de personas aparentemente desconocidas y con la intención atemorizarla, le causaron un gran daño.
Según cuenta la venezolana a PD América, comenzaron diciéndole que su imagen «estaba en páginas de prostitutas» y además añadieron que «tenía que pagar 14.000 euros de una demanda por daños y perjuicios» a una cliente de su trabajo.
Pero Ana C. atravesaba una situación especial de la cual alertó a «los bromistas» desde un primer momento, «en la primera llamada dije, esto tiene que ser un juego, por favor no se jueguen más conmigo, tengo un embarazo de alto riesgo«.
Pero no pararon, luego de ello decidieron mencionar al esposo de Ana C. para atemorizarla más, «Dijeron el nombre de mi esposo, me asuste un montón, hablaban de 14 mil euros, hablaban de mi familia, se sabían el nombre de mi esposo, fue horrible, horrible», comentó.
Pero la mujer manifiesta en uno de sus tuits que la broma le causó un daño irreversible, el estrés por el asedio y las llamadas le hizo perder a su hijo, «pensé que era una mafia y me asusté muchísimo».
«Por favor, paren, por favor, les decía yo», comenta la venezolana que confesó a Periodista Digital que tenía tres o cuatro semanas de embarazo, pero que el estrés de la situación desembocó en la perdida de su hijo.
Según comenta Ana C., descubrió de quien se trataba porducto de un error de los bromistas que le permitieron ver el número de teléfono desde donde la llamaban, «intentaron llamar de un privado, no se dieron cuenta que lo tenían en público (parece que no pusieron bien la clave) y no sabían que les estaba escuchando», es entonces cuando ya tiene un dato.
«Cuando ellos llaman sin el número privado y capto el número, voy a la policía, y me dicen que es Francisco, pero luego Ricardo me escribe, me pide disculpa, y pensé que como era él no iba a hacer más nada, pero al ver lo grave de la situación decidí denunciar».
La mujer hace responsable del asunto a Ricardo Díaz Olavarría, secretario Político del equipo de Vente Venezuela en España (VV) y a otro hombre llamado Francisco, de quien no aportó más datos. A Ricardo lo conocía por actos políticos de venezolanos en Madrid contra la dictadura chavista, «incluso le di el pésame por la muerte de un familiar suyo».
«Llamaban entre las 12 am y 1 am, utilizaban acento colombiano, pero eran venezolanos, mi esposo los identificó primera vez que yo».
La afectada publicó una captura de pantalla, de la conversación con Ricardo, «Ana C. de verdad que no tenía idea de que esto pudiera pasar. Podemos hablar? dime para llamarte», se puede leer en la imagen.
Las constantes llamadas hicieron que la mujer pensara que el «bromista» era alguien de su trabajo, y señaló a uno de sus compañeros y le recriminó varias veces por las llamadas. Esa acusación sin fundamentos produjo que su jefa la echara a la calle y la dejara sin empleo.
«Me botaron del trabajo por culpar a un compañero y apenas lo supe me disculpé con él, ‘mis más sinceras disculpas’ le dije, pero ya era muy tarde y se lo había dicho a mi jefa y me botaron».
La mujer, que según comenta a PD América, tiene 6 años en España, afirma que lo que más le afecta es que esto suceda entre venezolanos, «somos venezolanos, eso no se hace, no podemos hacernos eso entre nosotros mismos».
Según la venezolana radicada en Madrid, no es la única víctima, y una vez publicó los tuits otras personas se pusieron en contacto con ella para confirmale que también estaban recibiendo el mismo tipo de llamadas.
Pero no culpa de ello al partido de la líder venezolana María Corina Machado y afirma que «el partido no tiene nada que ver», y añade además que contactó a la representante de VV en Bélgica para ponerla en conocimiento del asunto.
Periodista Digital intentó contactar con Ricardo Díaz Olavarría y con miembros de Vente Venezuela en España sin obtener respuesta inmediata del asunto.