Manuel Óscar Castillo Abad no resultó ser quien se esperaba

Un padre desapareció tras un accidente y durante 18 años: su familia cree que lo encontró vagando por las calles

Un padre desapareció tras un accidente y durante 18 años: su familia cree que lo encontró vagando por las calles
Manuel Óscar Castillo Abad PD

Su historia es digna de aparecer en la gran pantalla. Ángel Ramírez López se perdió en las aguas que bañan la ciudad de Talara, en Perú, el 4 de octubre de 2001. Nunca más se supo de él hasta ahora, se puede decir. El último lunes de noviembre, se encontró a un hombre con características físicas similares deambulando por las calles de Coischo, una zona más o menos cercana adonde se perdió. Los parientes se movilizaron para buscarlo.

Así empezaba a definirse la gran historia y pericia de un náufrago que por fin es encontrado por la familia, quienes llevaban años creyendo que estaba muerto. Ángel Arquímedes Ramírez López, pescador, desapareció en el mar a bordo de la embarcación “Sayu”. Los tripulantes nunca más regresaron a casa: un cuerpo fue encontrado días después, pero el de Ramírez López, quien tenía 38 años, nunca se encontró.

Su familia quedó resignada y pensó que también habría fallecido. Pero ahora, 18 años después, sueñan con otro final para esta historia. Un hombre identificó a un vagabundo en las calles. Se le fotografió y publicó su imagen en redes sociales para intentar que algún familiar lo reconozca. Fue así cómo los parientes de Ramírez López creyeron esperanzados que se trataba de Ángel.

Al vagabundo se le pregntó quién era y de dónde venía. Con aparentes alteraciones mentales, afirmó que, hacía un tiempo, se fue a la mar y naufragó junto a otras personas. Luego, relató, fue rescatado por un barco chino que lo “paseó” por el mundo hasta que logró huir y así volver a las costas peruanas. Y fue entonces que empezó a deambular por las calles.

Ambas historias coincidían y los familiares se aferraban, cada vez más, a la posibilidad del milagro. En la comisaría se le hizo una prueba biométrica, que consistió en tomarle su huella dactilar y comprobar, con el registro electrónico, si se trataba de Ángel. El resultado fue negativo.

También se le hizo una prueba de ADN que determinó el rumbo final de esta historia. Lamentablemente, el misterioso vagabundo no es el pescador náufrago, sino un hombre identificado como Manuel Óscar Castillo Abad por personal del Registro Nacional de Identidad y Registro Civil (Reniec). Su familia lo buscaba desde hace dos meses.

La familia del pescador náufrago volvió a sumirse en la tristeza de no recibir las noticias deseadas, pero con la sensación de que, por unos momentos, la presencia de Ramírez López estuvo entre ellos, por lo menos en pensamiento y más vivo que nunca. De nuevo, solo les queda la esperanza y la fe.

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