Con la banda presidencial albiceleste cruzando su torso, Javier Milei emitió su primer discurso como presidente argentino el domingo pasado, presentando ajustes dolorosos y prometiendo un camino hacia la luz.
De manera atípica, el líder libertario se distanció de sus predecesores en los símbolos y en el discurso. En lugar de dirigirse a la Asamblea Legislativa, habló a sus seguidores desde las escalinatas del Congreso.
A pesar de evitar acusaciones directas de corrupción a sus antecesores, Milei delineó su firmeza para impulsar reformas que, según él, forjarán un «nuevo contrato social» en Argentina, aunque no detalló medidas concretas.
En su discurso inaugural, Milei presentó cinco frases destacadas como presidente, mientras líderes extranjeros, aunque notoriamente ausente Luiz Inácio Lula da Silva, presenciaban el evento desde el lugar:
– Insistió en la inevitabilidad del ajuste fiscal de cinco puntos del PBI en el sector público, señalando que este recaerá principalmente en el Estado, un cambio en su postura previa donde prometía que la «casta» política asumiría los cambios.
– Anticipó un empeoramiento temporal de la situación debido a las «duros decisiones» que tomará, impactando negativamente en varios aspectos económicos, aunque aseguró que estos pasos son esenciales para la reconstrucción futura del país.
– Describió la situación heredada como desoladora, mencionando un déficit fiscal y externo significativo y advirtiendo sobre una posible – – hiperinflación y aumento de la pobreza si no se toman medidas urgentes.
– Afirmó su firmeza ante posibles obstáculos al cambio, advirtiendo a aquellos que buscan interrumpir el proceso con violencia o extorsión, declarando su determinación para avanzar en las reformas.
– Presentó su llegada al poder como el comienzo de una nueva era para Argentina, marcando un punto de inflexión en la historia del país y proponiendo un «nuevo contrato social» centrado en los derechos individuales y una menor intervención estatal.
