El Gobierno del 'premier' David Cameron se ha comprometido a limitar el flujo migratorio extracomunitario a "pocas decenas de miles de personas" de aquí a 2015
El Gobierno liberal-conservador británico quiere que entren en el país solamente los «inmigrantes buenos»: trabajadores y estudiantes cualificados que «pueden aumentar la calidad de vida» en el Reino Unido y que disponen de una sólida renta anual.
Así lo afirmó este 2 de febrero de 2012 el titular de la cartera de Inmigración, Damian Green. El ministro aseguró que su país tiene que atraer a profesionales que aporten un valor añadido al país, así como jóvenes que han empezado actividades empresariales durante sus estudios universitarios en el Reino Unido y quieren quedarse para desarrollar sus ideas.
El Gobierno del ‘premier’ David Cameron se ha comprometido a limitar el flujo migratorio extracomunitario a «pocas decenas de miles de personas» de aquí a 2015. El objetivo es reducir la cuota hasta llegar al 20% de la de 2010, cuando entraron en el país unos 242.000 inmigrantes con visado regular.
Para lograrlo, el Ejecutivo ha declarado la guerra a las bodas de conveniencia y a los «falsos estudiantes», después de que un informe destapara que por cada 100 extracomunitarios que llegan al Reino Unido desaparecen 23 puestos de trabajo ocupados por británicos.
Así, el ministro Green ha anunciado que los candidatos a instalarse en el país tendrán que disponer de una renta superior a las 31.000 libras anuales, unos 37.000 euros.
Además, las parejas extracomunitarias de ciudadanos británicos tendrán que someterse a una prueba de idioma obligatoria y «probar» que pueden vivir de forma independiente.