Desde que empezó a presionar a la petrolera ha perdido más de un 35% de su valor bursátil
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Los accionistas de Repsol llevan meses sin levantar cabeza. Cristina Fernández de Kirchner se ha salido con la suya y la compañía se ha mostrado incapaz de recuperarse del fuerte varapalo.
Desde el anuncio de la expropiación de YPF, los títulos de la petrolera se han desplomado más de un 16%, lo que se traduce en una pérdida de unos 3.900 millones de euros.
Sin embargo, los accionistas de la empresa ya llevan aguantando los envites de la peronista mucho antes. Desde que comenzaron las amenazas a finales de enero, la cotización de la petrolera empezó su particular calvario.
Primero, con las insinuaciones de la presidenta y más tarde con la sucesiva retira de licencias por parte de las provincias petroleras del país. Pocos días antes de la confirmación, varios medios locales filtraron el fatal desenlace.
Según las últimas cifras, el número de pequeños inversores de Repsol podría rondar los 500.000. Este grupo posee cerca de 130 millones de acciones, o casi un 11% del capital.
Un difícil escenario a la hora de financiarse
Otro de los escollos a los que se enfrenta la petrolera es a la falta de credibilidad a la hora de conseguir financiación. Las principales agencias de calificación internacionales no han pasado por alto el ‘atraco’ de la presidenta argentina. S&P, Moody’s y Fitch degradaron la calidad de Repsol.
Esta situación coloca a la compañía en una encrucijada complicada a la hora de financiarse tanto en los mercados primarios como en secundarios. Es decir, en un difícil escenario a la hora de emitir deuda, colocar bonos, pedir préstamos, etc.
Apoyo internacional
Lo único que tiene la petrolera de momento a la espera de que se calmen las aguas es el apoyo internacional ante un país con escasa seguridad jurídica. Las últimas palabras del ministro de Economía, Luis de Guindos, apuntaban a que España tenía el apoyo del G-20 en el conflicto.
De Guindos aseguraba tras la reunión con los países que «el sentimiento general es de apoyo al Gobierno español» y de que las medidas tomadas por Argentina «son negativas» y perjudican no sólo a la economía global y del país sudamericano, sino a su población.
NOTA.- leer artículo original en ‘La Gaceta’