Cobraba entre 16.000 y 18.000 euros al chino que quería regularizarse, aunque también podían optar por trabajar dos o tres años gratis para él
La prostitución y la inmigración ilegal eran dos de las actividades de la red liderada por el emperador Gao Ping y desarticulada el pasado 16 de octubre de 2012 por la policía.
El primero de estos delitos, según se desprende de algunos de los autos de prisión redactados por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, se cometía en locales que aparantemente eran karaokes.
Dos de estos negocios, según esas mismas resoluciones, citadas por Europa Press, serían lugares de reunión de los miembros de la banda. Uno de ellos, situado en el municipio madrileño de Leganés, se llama Sangrilá.
En una ocasión se produjeron incidentes en él cuando la policía acudió a hacer algunas indentificaciones.
Otro de los burdeles encubiertos -en el que también se traficaba con drogas, supuestamente- era el karaoke Huam Ma, donde eran habituales las peleas y agresiones.
El tráfico de trabajadores chinos, según la investigación, se documentaba en una gestoría cercana a la Gran Vía madrileña.
El coste para los ciudadanos chinos que querían regularizarse oscilaba entre los 16.000 y los 18.000 euros, aunque también podían optar por trabajar entre dos y tres años gratis para el líder de la trama, Gao Ping.
Para la regularización, también se recurría al matrimonio concertado con españoles. El clan, además, contaba con contactos en la Brigada V de Extranjería de la Policía.