Soportando temperaturas de 40 grados, los argentinos se han armado de valor y paciencia para aguantar el sol y hacer frente a las penurias
A la ineficaz Cristina Kirchner todavía le quedan dos años de mandato y la presidenta ya ha anunciado que no piensa presentarse a ningún cargo electoral.
Un alivio para la Humanidad y un a incógnita para los atribulados argentinos, porque quien recoja el testigo heredará un país con claros síntomas de agotamiento. Los problemas inflacionarios, la corrupción, la crisis enérgica y la falta de divisas son algunos de los lastres de la gestión de la mandataria kirchnerista.
Argentina es uno de los 19 países con más alto riesgo de inestabilidad social para 2014, según un índice que elaboró y difundió la revista británica ‘The Economist’.
El descontento social ha aumentado ante la crisis energética que sufre el país, que se prolonga ya durante dos semanas y se ha traducido en apagones y constantes cortes de luz en medio de una ola de calor.
Soportando temperaturas de 40 grados, los argentinos se han armado de valor y paciencia para aguantar el sol y hacer frente a las penurias derivadas de los cortes en el suministro eléctrico.
Los cortes han afectado a 800.000 personas, lo que ha generado un creciente malestar que se ha traducido en bloqueos de calles en diversos barrios de Buenos Aires como señal de protesta.
Como explica Ángel Sastre en ‘La Razón’, durante la década kirchnerista no se realizaron las inversiones necesarias en materia energética, y ahora el Gobierno apunta a las multinacionales encargadas de administrar el servicio como responsables de este desaguisado.
La presidenta se lava las manos mientras que la espada de Damocles pende sobre las empresas extranjeras.
PAÑOS CALIENTES GUBERNAMENTALES
Un día después de haber decretado la emergencia energética en Buenos Aires, funcionarios locales y nacionales acordaron buscar soluciones conjuntas a los cortes de electricidad que dejaron a unas 800.000 personas sin luz ni agua, en medio de la peor ola de calor en Argentina en cuatro décadas.
En una reunión de urgencia, un comité de crisis decidió reforzar la asistencia médica a la población más vulnerable a las temperaturas extremas, como niños y ancianos, y facilitar la evacuación de los hogares que están sin electricidad, en algunos casos desde hace 15 días.
«Habrá tres refugios abiertos a disposición de personas que no puedan autoevacuarse o reubicarse en casas de amigos o vecinos», informó la vicejefa del gobierno de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.
La ciudad ha abierto también las puertas de los polideportivos a las personas afectadas para que puedan bañarse y beber agua fresca, mientras que unidades de bomberos auxilian a personas mayores y enfermos que no pueden abandonar sus casas por su propio pie.
La indignación de vecinos y comerciantes va en aumento a medida que se prolongan los cortes eléctricos y las protestas vecinales se repiten a diario en las calles de la capital argentina, convertida en un horno.
El Servicio de Meteorología Nacional de Argentina (SMN) renovó este domingo la alerta roja que rige sobre la capital argentina y su cinturón urbano, donde viven unos 15 millones de personas, y alertó que se esperan temperaturas máximas de 38 grados, con una sensación térmica superior a los 40.