Venezuela se ha convertido en una pesadilla para los financieros de Telefónica. Aunque el negocio en el país va aparentemente viento en popa, la alta inflación y la constante pérdida de valor del bolívar venezolana, junto con las barreras a la repatriación de dividendo, golpean una y otra vez a las cuentas del grupo que preside César Alierta.
Como explica Miguel Jiménez en ‘El País’, el último golpe se ha producido este mismo año y ni siquiera está contabilizado aún, pero sí está cuantificado: 1.800 millones de patrimonio, de los que 1.200 millones son directamente una merma de activos financieros. Y la factura sigue creciendo.
El pasado 24 de enero de 2014 entró en vigor el Convenio Cambiario nº 25 que regula las operaciones de venta de divisas en Venezuela para determinados sectores y conceptos.
Esa nueva norma del Gobierno de Nicolás Maduro no modifica con carácter general el tipo de cambio de 6,30 bolívares fuertes por dólar estadounidense, pero sí lo hace, entre otros, para «pagos correspondientes al sector de las telecomunicaciones» y para «inversiones internacionales, pagos de regalías, uso de patentes, marcas y licencias, así como importación de tecnología y asistencia técnica».
Las solicitudes de dólares para esos fines se liquidarán al tipo de cambio de las asignaciones realizadas a través del Sistema Complementario de Administración de Divisas (SICAD). La referencia de la subasta del SICAD realizada el 15 de enero de 2014, fue de 11,36 bolívares fuertes por dólar estadounidense.
Según Telefónica, el nuevo sistema tendrá efecto en sus cuentas consolidadas desde su entrada en vigor, el 24 de enero de 2014, por lo que no lo ha contabilizado en 2013.
Pero ya ha hecho cuentas del impacto para este año. Usando la referencia de 11,36 bolívares por dólar se traducirá en una «disminución de los activos netos del Grupo Telefónica en Venezuela como consecuencia de la conversión a euros al nuevo tipo cambiario con contrapartida en el patrimonio del grupo, por un importe aproximado de 1.800 millones de euros», según explica la empresa en sus estados intermedios condensados consolidados, comunicados este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El grueso, 1.200 millones, corresponde a una reducción del contravalor en euros de los activos financieros netos denominados en bolívares fuertes, esto es, una pérdida directa de caja.
Pero lo peor es que, como admite Telefónica, las regulaciones cambiarias en Venezuela están en constante evolución y ya se ha anunciado un nuevo mercado alternativo de divisas con bandas de tipos de cambio.
En el mercado paralelo, el dólar está ya a unos 76 bolívares, lo que implica un riesgo de devaluación de hasta un 85% adicional.
No es la primera vez que la devaluación del bolívar golpea las cuentas de Telefónica. En las cuentas de 2013, presentadas este miércoles, la devaluación del 8 de febrero de 2013 tuvo un impacto de 1.000 millones sobre el patrimonio (873 millones en activos financieros).
Y la devaluación del 50% que aprobó el anterior presidente, Hugo Chávez, en 2010, ya tuvo un impacto de 1.810 millones. En total, pues, el impacto es de 4.610 millones y subiendo.
Además, la hiperinflación en el país está provocando que la compañía tenga que ajustar también sus cuentas operativas. En los ingresos, ese impacto fue de 231 millones en 2012 y de 556 millones en 2013 y en el resultado de explotación, de 78 y 206 millones, respectivamente.
Los dolores de cabeza que dan las distorsiones en Venezuela a los financieros del grupo han llevado a la compañía a excluir la filial en el país a la hora de fijar los objetivos para este año pese a que, sobre el papel, es la tercera filial de Latinoamérica que genera más ingresos para el grupo.
