Nicolás Maduro está en apuros. Necesita desesperadamente divisas para no colapsar ante las crecientes sanciones estadounidenses a la industria petrolera y decidió liquidar las reservas en oro de todos los venezolanos. The Wall Street Journal reveló nuevo detalles de la operación secreta que en marzo logró enviar 7,4 toneladas valuadas en 300 millones de dólares a Uganda, como escala hasta Medio Oriente.
En dos vuelos a principios de marzo, el régimen logró trasladar los lingotes a una refinería en Uganda, según confirmó el medio luego de consultar a funcionarios de Venezuela y Uganda, a un diplomático extranjero y legisladores venezolanos de la oposición. Según la reconstrucción, el 2 de marzo, un Boeing 777 propiedad de una compañía de vuelos chárter rusa, Nordwind Airlines, aterrizó en Entebbe después de despegar más de 13 horas antes de Caracas. La policía y la seguridad privada se reunieron en la pista para recibir la carga del avión, que no transportaba pasajeros, de acuerdo al relato de un testigo que presenció su llegada.
Los encargados del aeropuerto retiraron paquetes pesados envueltos en cartón marrón, que no pasaron por los procedimientos aduaneros regulares del aeropuerto. Dentro del los paquetes había 3,8 toneladas de oro venezolano. Y otras 3,6 toneladas llegaron dos días después. El portavoz de la policía nacional de Uganda, Fred Enanga, confirmó que el papeleo que acompañaba los cargamentos identificó los lingotes, algunos con etiquetas estampadas y parcialmente raspadas, como propiedad del Banco Central venezolano.
Ese oro que llegó a Entebbe pasó por African Gold Refinery Ltd. (AGR) antes de ser exportado a Oriente Medio, según la policía ugandesa. El 7 de marzo, cuando la unidad de minerales de la policía, avisada de los envíos inusualmente grandes, hizo una redada en AGR, el primer lote había desaparecido y ya se había exportado a Oriente Medio, con destino final a Turquía
La policía de Uganda incautó las otras 3,6 toneladas, lingotes estampados con etiquetas que los identifican como propiedad del Banco Central venezolano. «Algunas etiquetas parecían arañadas, como si alguien hubiera intentado ocultar su origen», contó un oficial. El papeleo mostraba que eran de la década del 40.
Dos meses más tarde, cuando la policía mantenía bajo custodia el cargamento de oro incautado en Entebbe, el Presidente Museveni brindó su ayuda al régimen y al mercado ilegal, y ordenó a la unidad de protección de minerales de la Policía que liberara el oro y retirara a los oficiales de la propiedad de AGR.
A partir de ahí, la huella del oro venezolano se desvaneció. Sólo se sabe que en algún momento de marzo, dos toneladas de oro fueron puestas a la venta en Turquía con un fuerte descuento a los precios del mercado… Este operativo secreto para transportar vía África oro a Medio Oriente expone el eslabón en una economía subterránea global que está ayudando a Maduro a aferrarse al poder.