La economía de Estados Unidos avanzó a un ritmo anual del 3,1 % en el primer trimestre de 2019, según el tercer y último cálculo de la evolución del producto interior bruto (PIB) en ese periodo, que fue anunciado por el Departamento de Comercio. El porcentaje de la actividad entre enero y marzo es igual al calculado previamente y a las estimaciones de los expertos, confirmando así que la economía estadounidense se mantiene sólida en el arranque de 2019.
El gasto de los gobiernos estatales y locales, el comercio exterior y la inversión en inventarios fueron los principales motores de la aceleración económica en los primeros meses de este año, según el informe de la Oficina de Análisis Económico (BEA, acrónimo en inglés), la agencia del Departamento de Comercio encargada de los datos del PIB. El gasto de los consumidores, que representa dos tercios de la actividad económica del país, creció a un ritmo anual del 0,5%, el menor aumento del último año.
Los datos confirman la bonanza de la primera economía mundial, después de registrar en 2018 un crecimiento del 2,9 %, el mayor ritmo desde 2015. La Reserva Federal (Fed) ha descartado prácticamente mayores subidas de tipos de interés en lo que resta de año e incluso ha dado señales de que pudiera considerar una rebaja, mientras que ha rebajado también las perspectivas de crecimiento para este año del 2,3% al 2,1%.
La Casa Blanca mantuvo, sin embargo, el optimismo, y en su última propuesta presupuestaria vaticinó un ritmo de expansión económica anual por encima del 3%, tanto para este año como para el próximo. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó este mes sus previsiones para Estados Unidos, al pronosticar que este año crecerá un 2,6%, superior al 2,3% calculado previamente, pese a la actual disputa comercial entre Washington y Beijing.