La Fiscalía de Guatemala ha sentenciado a cuatro soldados a 6.060 años de cárcel por su implicación en la muerte de 201 campesinos en la localidad de Las Dos Erres (norte) en 1982 durante la guerra civil que azotó el país durante 36 años.
Este es el primer juicio a militares acusados por delitos de genocidio durante la guerra civil celebrado en Guatemala.
Los soldados guatemaltecos tendrán que hacer frente a 30 años de prisión por cada uno de los campesinos fallecidos en la ofensiva militar y a otros 30 años por crímenes contra los Derechos Humanos.
Los cuatro inculpados, Carlos Carias, Manuel Pop, Reyes Collin Gualip y Daniel Martínez Hernández, formaban parte de una unidad militar de élite conocida como Los Kaibiles y perpetraron los asesinatos con mazos.
Las pesquisas apuntan a que los militares entraron en la aldea el 6 de diciembre de 1982 para buscar varios fusiles robados por una guerrilla de extrema izquierda. Aunque no hallaron las armas, acusaron a los aldeanos de colaborar con la insurgencia. Hasta el momento, no se han localizado todos los cuerpos, pero se calcula que 250 hombres, mujeres y niños fueron asesinados y sepultados en fosas comunes que cavaron los propios residentes de Las Dos Erres.
El mes pasado, Estados Unidos extraditó al ex soldado de Guatemala Pedro Pimentel Ríos, de 54 años, por su presunta implicación en la masacre de Las Dos Erres. La Fiscalía guatemalteca procederá con su caso de forma separada.
El Gobierno presidido por Álvaro Colom ha sido presionado por numerosas organizaciones pro Derechos Humanos para llevar ante los tribunales a los criminales de guerra guatemaltecos.
La guerra se saldó con unas 250.000 víctimas mortales, de las cuales cerca de 45.000 desaparecieron de manera forzosa sin que todavía se conozca el paradero de sus cuerpos.