Cataluña es muy acogedora, pero a veces se pasa de acogedora
El alcalde de Salt (Gerona), Jaume Torramadé (UDC), asegura que mientras gobierne «no habrá llamamientos a la oración», algo que se hace en el mundo musulmán para instar a los fieles a secundar esta tradición.
«Cataluña es muy acogedora, pero a veces se pasa de acogedora».
Jaume Torramadé, quien también es presidente de la Diputación provincial, hizo estas declaraciones a la emisora Rac1, un día después de que el pleno del Ayuntamiento aprobase una moratoria para suspender durante un año la concesión de licencia para centros de culto en el polígono de Torre Mirona.
El objetivo de la medida es impedir que las mezquitas florezcan como hongos en la localidad.
«¿Es que nos queremos convertir en el centro de iglesias y de diferentes confesiones del área urbana de Gerona? ¿A qué tenemos que esperar, a qué tengamos 10 proyectos de centros de culto encima de la mesa».
«Prefiero parar máquinas y reflexionar sobre este tema. Eso es todo lo que quiero».
Torramadé ha recordado que en Salt hay siete centros de culto de religiones minoritarias, a los que hay de sumar otros tres de la tradición católica. A ellos, se sumarían el nuevo oratorio islámico y la nueva iglesia pentecostal que están en proyecto y que se han paralizado.
Torramadé ha expresado sus reservas de que deba ser en terrenos calificados de industriales donde se ubican los centros de culto, y se ha preguntado si esta opción es la idónea para las empresas en un momento de crisis.
EL FONDO DE LA BRONCA
Plataforma por Cataluña (PxC), aupada por un no desdeñable número de votantes, ha puesto pie en pared y parece dispuesta, sin vergüenza, a hacer suyas actitudes y mensajes que crecen en el resto de Europa y que en España se silencian, por temos a ser acusado de xenófobo.
Salt es el escenario de la última algarada organizada por el partido, en contra esta vez de la construcción de mezquitas en el pueblo. No es un pueblo más.
El último censo asegura que el 35,5% de la población es inmigrante, y la mitad proviene de países de cultura musulmana.
A estas cifras, que totalizan 21.500 habitantes, hay que sumarles la población no registrada, lo que incluye los clandestinos.
La integración cultural y social de los diferentes colectivos de extranjeros le cuesta al municipio 250 millones de euros anuales, en los que se incluye un equipo de doce mediadores interculturales que trabajan permanentemente en la calle, las escuelas y las asociaciones vecinales.
Los musulmanes de Salt se concentran cada viernes en alguno de los tres oratorios situados en el centro de la ciudad. En todos los casos se trata de antiguos almacenes reciclados en oratorios.
Dos de los centros los ocupan los magrebíes y el tercero lo llenan los practicantes originarios de países subsaharianos.
LA GENERALITAT Y SUS ALIADOS
La abundancia de inmigrantes ha tensado la cuerda. Hace unas semanas, una concejal dejó el partido, bajo el estigma de tener un novio negro y sin papeles.
El Ayuntamiento de Salt, presionado por PxC, ha decidido suspender durante un año la concesión de nuevas licencias para construir centros de culto.
En su ‘cruzada‘, el partido que lidera Josep Angladacuenta con un nuevo aliado. La Generalitat, gobernada por Artur Mas, de CiU, ha dado una vuelta de tuerca y quiere echar por tierra la norma del tripartito de obligar a reservar suelo para nuevos templos, como manda la Ley de Centros de Culto.
Dos asociaciones musulmanas ya tenían el permiso para erigir una mezquita en Salt y la nueva norma del pueblo no puede revocar el proyecto, si bien, a la vista de los nuevos aires que corren en los despachos oficiales de la Generalitat catalana, corre un serio peligro.