El nigeriano, de 1,95 de estatura y unos 120 kilogramos de peso, atacó cuando iba a ser identificado
Aquí, ya no cabe un tonto más. Que expliquen -si pueden- a quienes sufren largas colas de espera para ser operados en la Seguridad Social como es posible que a un facineroso, que viene de arrancar el cuero cabelludo a machetazos a un policía, de pegarle un balazo a otro en el pecho y de golpear a una agente, se le da preferencia hospitalaria máxima y se le implanta un dedo ‘nuevo‘, por la módica suma de 10.000 euros y a cuenta del sufrido contribuyente español.
Relatan con todo lujo de detalles C. Hidalgo y M.J. Alvarez en ABC que Niwigw Uzochukwu Chimaobi -así se llama el sujeto- ha «estrenado» dedo: el meñique de la mano derecha.
El mismo que el sujeto se amputó el pasado miércoles 14 de septiembre de 2011, para retrasar su entrada en los calabozos, tras atacar con un machete a tres policías nacionales y abrir fuego contra dos de ellos.
Ocurrió en un control de indentificación rutinario en el parque Salvador de Madariaga, situado junto al tanatorio de la M-30, en una zona bastante céntrica de Madrid.
El nigeriano de marras, un gigantón de 1,95 de estatura y unos 120 kilogramos de peso, fue detenido ‘in situ’ y llevado a toda prisa al Hospital Gregorio Marañón, donde se le opero con máxima urgencia y se recupera ahora ‘satisfactoriamente‘.
Y mientras, los funcionarios policiales, agredidos por él y que no perdieron la vida porque Dios es grande, evolucionan como pueden, uno dentro de la gravedad y los otros con lesiones diversas.
De los tres policías, el que salió peor parado es uno de 22 años, que comparte hospital con su atacante, y que fue acuchillado y macheteado. El joven agente tiene rajada la cabeza, una herida profunda en el hombro izquierdo y una raja enorme en la escápula derecha.
El segundo de policías atacados por el feroz Niwigw, tiene 32 años. Este, logró salvar la vida gracias al chaleco antibalas que llevaba puesto, pero sufre una fuerte contusión en el pecho fruto de un balazo -a quemarropa- y además tiene varias heridas en la cabeza y en el hemitórax derecho.
Está ingresado en el Hospital Doce de Octubre y su pronóstico es reservado.
EL CHUSCO INCIDENTE
Todo empezó cuando una agente de prácticas de 22 años se aproximó a Niwigw,cerca del Tanatorio dela M-30 y le pidió que le mostrase su documentación.
El hombre es un habitual de la zona, donde -al igual que varios de sus compatriotas- sobrevive como ‘gorrilla‘, ayudando a los conductores que buscan aparcamiento y ofreciéndose a vigilar los coches. Las peleas entre inmigrantes sin papeles por zonas de ‘negocio‘ son bastante frecuentes.
Como respuesta al requerimiento de la policía, el corpulento nigeriano esgrimió una navaja enorme. La joven, estupefacta y evidentemente inexperta, echó mano de su pistola de reglamento y comenzó a montarla, momento en el que el tipo la golpeó en la mano con un palo y se apoderó del arma.
Sosteniendo en una mano la navaja y en otra la pistola d ela agente, Niwigw apretó varias veces el gatillo, apuntando a la policía en prácticas.. Por suerte para esta, no debió efectuar bien la maniobra, porque la pistola no respondió.
Al ver las cosas, el compañero de la mujer policía, intervino, pero lo que iba mal, se convirtió en desastre.
Con un madero arrancado de un banco, el nigeriano la partió la cara e inmediatamente, a se lió a machetazos con el aturdido y con otro policía.
Uno de ellos, para reducirle, esgrimió su arma y el nigeriano comenzó a forcejear y se la arrebató. Disparó a un agente a bocajarro, en el centro del pecho. El proyectil impactó en el chaleco antibalas.
La Policía Científica recogió cuatro casquillos, aunque podrían haberse producido dos tiros más. Al acusado le podría imputar el juez al menos tres homicidios intentados con resultado de lesiones, pero veremos en que queda la cosa.
BRONCA SINDICAL
La Confederación Española de Policía (CEP) ha solicitado el cese y la apertura de un procedimiento disciplinario contra el máximo responsable de la Comisaría de Distrito de Ciudad Lineal, en Madrid, por dejar a la agente, a la que Niwigw Uzochukwu Chimaobi arrebató la pistola en primer lugar, seguir trabajando sin arma reglamentaria.
«La vuelta de esta agente a primera línea es una irresponsabilidad sobre la que se impone depurar responsabilidades disciplinarias».
La CEP ha calificado de «frívolas» las declaraciones del director General de la Policía y de la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, quien ha señalado que no se dota a cada policía de un chaleco antibalas «porque hace calor«.