A siete meses de que tengan lugar las elecciones presidenciales, la jugada de Sarkozy es arriesgada
El ministro del interior francés, Claude Guéant, ha afirmado que desde este viernes, 17 de septiembre de 2011, el Gobierno hará cumplir a rajatabla la prohibición de rezar en las calles del país incluida en la ley sobre la laicidad.
La nueva vuelta de tuerca, que ha incluido una amenaza de usar la fuerza si fuera necesario, coincide con la firma de acuerdos entre el Estado y la comunidad islámica, tras semanas de negociaciones, para abrir nuevos lugares de culto en París y Marsella, las ciudades con mayor densidad de musulmanes en un país que cuenta con más de dos millones de ciudadanos que afirman profesar el Islam.
En París, un antiguo cuartel de bomberos ha abierto sus puertas para que los musulmanes puedan acudir allí a rezar.
“Los rezos fuera de las mezquitas se han acabado, este es nuestro compromiso con las autoridades, explica un imán de París. Ahora este cuartel está abierto y todo el mundo puede venir aquí, de cualquier religión”.
En París, una nueva gran mezquita será abierta en 2013. Nuevos espacios de rezo también serán habilitados en Marsella, otra de las ciudades francesas con un gran número de musulmanes.
UN CUARTEL DE BOMBEROS
Miles de fieles musulmanes han rezado en un lugar de culto improvisado en una sede abandonada de la brigada de Bomberos en el norte de París.
El jeque Mohamed Salah Hamza, que dirigio el viernes las oraciones, ha aseverado que «este es el principio de una solución» y que «los fieles están encantados de estar aquí, en un lugar con capacidad para 2.000, que se ha llenado«.
Muchos musulmanes han coincido con el jeque al señalar que este sistema «será mejor«, aunque han reconocido que, al principio, «a la gente le impactó» la decisión de prohibir los rezos en las calles.
No todos están de acuerdo, porque, grupos radicales han protagonizado una manifestación contra esta normativa al gritó de «Alá es el más grande».
BRONCA EN INTERNET
Internet también ha recogido ecos de la indignación de muchos fieles musulmanes. Asimismo, un hombre ataviado con carteles y con cintas verdes en la cabeza ha instado una hora antes del inicio de las oraciones en la calle Myrha, donde antes se celebraban, a los musulmanes a no desplazarse a los nuevos enclaves para el rezo.
«Ningún sistema en el universo puede controlarnos de estar al lado de Alá», ha clamado un joven.
«Hay más dignidad al rezar en la hierba que en una falsa mezquita».
A siete meses de que tengan lugar las elecciones presidenciales en Francia, la prohibición ha sido considerada por muchos sectores como un intento de acercamiento por parte del presidente, Nicolas Sarkozy, a los simpatizantes de Marine Le Pen, nueva líder del Frente Nacional.
Colectivos de inmigrantes han criticado esta medida, así como la prohibición de llevar burka, el velo integral islámico que cubre la totalidad del cuerpo de la mujer.