La ciudadanía reclama a gritos la libertad de 103 desventurados, a los que los malvados mantienen encadenados a árboles durante años
Los narcoterroristas de las FARC anunciaron este 6 de diciembre de 2011 que seguirán adelante con las liberaciones de secuestrados en una jornada marcada por masivas movilizaciones de ciudadanos en Colombia para pedir el fin del secuestro.
Este grito de paz, que se trasladó hasta otras ciudades de América Latina, Estados Unidos y Europa en forma de marchas espontáneas y actos pacíficos, se hizo sentir especialmente en la céntrica Plaza de Bolívar de Bogotá, donde se concentraron colombianos de todas las edades, con camisetas blancas y banderas tricolor del país suramericano.
Allí reclamaron la libertad de hasta 103 secuestrados y desaparecidos con vítores y pancartas en las que expresaron su rechazo a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Horas después, esta guerrilla anunció que continuarán las liberaciones unilaterales después de que el pasado 26 de noviembre ejecutara a cuatro secuestrados tras un operativo militar en la zona donde los tenía, en el departamento selvático de Caquetá (sur).
Fue precisamente la muerte de esos cuatro secuestrados (tres policías y un militar que llevaban en cautiverio más de diez años) las que llevaron a convocar, diez días después, la movilización ciudadana.
«Colombia hoy se va a hacer sentir y van a entender ellos que no sólo rechazamos sus actos, no solamente vamos a decir: ‘No más FARC’, sino que vamos a decir:
‘Libérenlos ya’. Este es un ultimátum», afirmó a Efe uno de los promotores de la iniciativa, el periodista Herbin Hoyos, quien lidera la Caravana por la Libertad.
La sorpresa vino horas después, cuando mediante un mensaje difundido por Internet las FARC hicieron el anuncio de que proseguirán con las liberaciones unilaterales de secuestrados, en respuesta a la petición de un grupo de mujeres de varios países, lideradas por la exsenadora colombiana Piedad Córdoba, que busca una salida negociada al conflicto.
La guerrilla afirmó que «la lucha por el canje de prisioneros y por la paz de Colombia no se detiene», y añadió que seguirá «explorando todas las vías que puedan conducir a la liberación unilateral de los prisioneros de guerra».
Las FARC también manifestaron que llevarán a cabo estas liberaciones, sin precisar a cuántos secuestrados afectarán, «a pesar de que algunos de ellos cayeron en el insensato intento del rescate militar», en alusión a la ejecución de tres policías y un militar el 26 de noviembre en medio de un operativo del Ejército.
Esta carta, con fecha 1 de diciembre, está dirigida al grupo de Mujeres Gestoras de un Mundo por la Paz, constituido, entre otras, por la esposa del depuesto presidente de Honduras Manuel Zelaya, Xiomara Castro; la relatora venezolana de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Luz Patricia Mejía; la exdiputada argentina Marcela Bordenave, y la mexicana Margarita Zapata.
Precisamente estas mujeres se encontraban este martes en Bogotá y, tras hacerse público el comunicado de las FARC, pidieron al Gobierno que «garantice las condiciones» para las liberaciones.
«Hacemos un llamado al Gobierno colombiano para que garantice las condiciones de la liberación con vida de todos los retenidos en poder de las FARC-EP descartando la posibilidad de rescate a sangre y fuego», anunció Castro.
La hondureña advirtió de que esa garantía sea «en cumplimiento al mandato universal de protección al derecho a la vida y así abone el terreno de la solución política y negociada al conflicto».
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, respondió a este anunció, interpretado como el gesto que esperaba el Gobierno, reconociendo que el diálogo con las FARC puede estar cerca, y explicó que una hipotética negociación sería «cara a cara, gobierno y guerrilla», sin intermediarios internacionales.
«Si hay posibilidades no veo difícil que haya un acuerdo relativamente pronto», precisó el presidente de Colombia, nación ahogada por un conflicto armado que se prolonga desde hace casi 50 años.