El líder de la oposición mantiene el pulso al chavismo, pese a la abierta amenaza de que acabará en la cárcel si no deja de protestar de inmediato
En Venezuela vale todo.El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello, ha anunciado este 26 de abril de 2013 que los diputados que no reconozcan a Nicolás Maduro como presidente del país no recibirán su salario.
«Es lógico y coherente. ¿Cómo le voy a pagar a un fantasma? Si no trabajan, no van a cobrar y no trabajan porque no reconocen a Maduro», ha declarado Cabello, en un acto en el estado Anzoátegui, en el norte del país.
Cabello ha abogado por aplicar esta medida en los parlamentos regionales y en las demás cámaras legislativas del país, según ha informado el diario ‘Última hora’.
Sin sueldo y sin palabra
El ‘número dos’ del Partido Socialista Unido de Venezuela no concede el turno de palabra a los diputados venezolanos que no reconocieran a Maduro como presidente electo en las urnas el pasado 14 de abril.
También reemplazó a los dirigentes opositores que encabezaban comisiones permanentes del Parlamento venezolano, una maniobra que realizó tres días después de la cita con las urnas para elegir al sucesor de Hugo Chávez, fallecido en febrero.
AUMENTA LA TENSIÓN
La crisis política se tensa en Venezuela. El líder de la oposición, Henrique Capriles, impugnará en los próximos días las elecciones del 14 de abril ante el silencio del Consejo Nacional Electoral (CNE), que no ha respondido al reclamo opositor de auditar los votos pese a que esta semana se vencía el plazo.
Capriles, quien es también gobernador del Estado de Miranda, acusa al presidente electo Nicolás Maduro de haberle birlado el comicio de ese día, que -según datos de la justicia electoral el oficialismo- ganó por apenas 260.000 votos (el 1,7%), en la peor elección del chavismo en toda su historia. El plazo de la respuesta que debía dar el CNE a la exigencia venció este jueves en la noche.
Como subraya Ludmila Vinogradoff, la corresponsal de ‘ABC‘ en Caracas, la impugnación anunciada y el incumplimiento de la auditoría oficial enrarecen aún más el clima político absolutamente polarizado que rige en este país.
La novedad fue comunicada por el propio Capriles durante una entrevista con la cadena televisiva Globovisión, en la que además anunció que no participará de la auditoría pues no recibió garantías de que ésta sería por el total de los sufragios, como lo había reclamado hace una semana.
Al parecer, el gobierno de Maduro ha tomado la decisión política de no permitir el recuento completo de los votos. Como todos los poderes e instituciones públicas están bajo control del oficialismo, no hay esperanza de iniciar el proceso de auditoría, pese a los pedidos de organismos internacionales como Unasur y de varios mandatarios regionales como la brasileña Dilma Rousseff y el colombiano Juan Manuel Santos.
«Nosotros creemos que cuatro de los cinco rectores del CEN le mintieron al país», aseguró Capriles. Los cuatro rectores oficialistas aludidos han dicho que los resultados son «irreversibles» y que no hay necesidad de auditar nada.
Para fundamentar la impugnación, Capriles presentará ante el Tribunal Supremo Electoral un voluminoso expediente de 3.300 irregularidades documentadas. «El paso siguiente es la impugnación, que tiene que ser en los próximos días. Vamos a impugnar las elecciones con todas las pruebas que ya tenemos «, enfatizó.
«Si no hay revisión en las condiciones en la que he expuesto, nosotros no vamos a participar en una auditoría que es una burla a los venezolanos y al mundo», recalcó.
En una reunión con la prensa extranjera, el portavoz de la alianza opositora, Ramón José Medina, señaló que se llevará ante el Tribunal Supremo de Justicia un conjunto de pruebas de las irregularidades detectadas en los comicios, con las que se espera que el máximo organismo acepte el caso y se emprenda un juicio. Agregó que la negativa chavista de aceptar una auditoría completa de los votos arroja más «dudas y sombras sobre el resultado» del comicio.
Medina dijo que han recibido numerosas denuncias de irregularidades, entre ellas la de voto asistido, en el cual una persona acompañaba al elector para verificar que votaría por una tendencia, tema sobre el que Capriles presentó videos; así como la duplicidad de votos y personas muertas que aparecen votando. «Si ellos tuvieran certeza del resultado, abrirían todas las cajas de votos», indicó Medina.
En Venezuela, la elección es electrónica.
La oposición había pedido contar los votos de los comprobantes de sufragio que se depositan en urnas y chequearlos con las listas de votos que emite cada máquina de votación y con el cuaderno de mesa donde constan el nombre del votante, su número de documento y su huella digital.
El CNE dio ganador a Maduro con el 50,78% contra 48,95% de Capriles. Tras marchas y protestas opositoras al día siguiente del comicio, el chavismo aceptó finalmente auditar el 46% de los votos que no habían sido revisados tras la elección del domingo.
Por ley, debe auditarse el 54 por ciento de los sufragios válidos. Sin embargo, pese a sus promesas de auditoría, el gobierno no cumplió el plazo previsto, que vencía esta semana.