El fiscal del caso AMIA, Alberto Nisman, estaba arrodillado cuando recibió el disparo en la cabeza que acabó con su vida, según han establecido los peritos contratados por la familia de Nisman en un informe.
«Al momento de recibir el disparo la víctima debió haber estado en posición de rodilla a tierra», sostienen los peritos, explicando que han llegado a esa conclusión por las manchas de sangre y por la ausencia de golpes en el cuerpo de Nisman.
«De haber estado la víctima de pie al desplomarse (y por el proceso de agonía que demuestra el análisis médico legal) debería presentar alguna lesión contusa además del disparo, en alguna zona como la espalda, la cabeza o alguno de sus miembros», señalan.
Además, apuntan a la existencia de otra persona, un «atacante» que habría sido el encargado de propinar el disparo a Nisman, en línea con las revelaciones conocidas la semana pasada, según las cuales los peritos descartan la hipótesis del suicidio y hablan de asesinato.
EN UN PLANO INFERIOR
«La víctima tenía una talla de 1,82 metros, muy probablemente se encontraba en un plano inferior con respecto al atacante ubicado detrás y a la derecha», han descrito, de acuerdo con el diario argentino ‘La Nación’.
Este hallazgo aparece en el punto 12 del informe pericial, que en las últimas horas se ha convertido en objeto de disputa entre la ex mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo, y la fiscal que investiga el caso, Viviana Fein.
«No tengo ningún punto 12. No sé a qué se refiere, porque de la mecánica (de la muerte) no se está hablando, no sé. El punto 12 no existe, no hay nada», ha dicho Fein esta mañana (hora local) a la prensa, interrogada sobre este tema.
Salgado le ha contestado, acusando a la fiscal de mentir. «Se está faltando a la verdad, que no se mienta más a la gente. El contenido del punto 12, que sí está en el expediente y está en la Fiscalía, habla de la mecánica del disparo», ha afirmado.
Las palabras de Salgado han llevado a Fein a reaparecer ante los medios de comunicación para contar que antes había negado la existencia de dicho punto porque la exmujer de Nisman le había pedido «confidencialidad» al respecto.
Muerto en extrañas circunstancias
Nisman fue encontrado muerto en el cuarto de baño de su casa con un disparo en la cabeza el 18 de enero, cuatro días después de que denunciara a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, por encubrir a los sospechosos iraníes del atentado contra la AMIA.
En un principio todas las pruebas apuntaban a que Nisman se había suicidado, pero la investigación –periodística y judicial– ha ido desmontando poco a poco esta teoría apuntando a la del asesinato, aunque la Fiscalía aún no lo ha confirmado.
Pese a su muerte, la denuncia siguió su curso en manos del fiscal Gerardo Pollicita, que imputó a Fernández de Kirchner. El juez Daniel Rafecas tumbó la acusación contra la jefa de Estado, pero Pollicita ha recurrido, por lo que la decisión está ahora en manos de la Cámara Federal.