No hay ningún cadáver que esté entero. El impacto fue brutal.
La Gendarmería francesa, a cargo de la recuperación de los cadáveres del avión de Germanwings , ha recuperado «entre 400 y 600 partes» de los 150 pasajeros y tripulantes fallecidos.
En declaraciones desde la localidad francesa de Seyne-les-Alpes, el comisario Patrick Touron aclaró que sus hombres no han encontrado «ningún cuerpo intacto».
La identificación de los cadáveres dependerá de las pruebas de ADN tomadas de objetos personales entregado por los familiares de las víctimas, como cepillos de dientes.
OBJETOS PERSONALES
Touron ha dicho que también serán de ayuda las joyas y demás objetos personales que pudieran portar los cadáveres y que puedan ser reconocidos por sus seres queridos.
El gobierno francés ha desplegado en el lugar del accidente helicópteros, médicos forenses y militares expertos en tareas de montaña.
Esta mañana, el vocero de la Fiscalía alemana, Ralf Herrenbrueck, reveló parte de las pruebas que hallaron en una de las viviendas donde vivía el copiloto, Andreas Libutz. Una de ellas es clave: el empleado de Germanwings/Lufthansa ocultó a sus superiores el último certificado médico, en el cual se le prohibía subirse a un avión para asistir al piloto.
CON UN HACHA
Los investigadores también revelaron detalles desesperantes de los momentos en que el avión Arbus A320 se precipitaba a tierra.
El comandante de la nave, que quedó fuera de la cabina de mando, intentó derribar la puerta blindada con un hacha, aunque sin suerte. El sistema y los protocolos eran bien conocidos por Lubitz, quien sabía que era imposible entrar desde el exterior.