A más de cuatro meses de su fallecimiento, no hay ninguna certeza sobre las circunstancias que lo rodearon
Semanas atrás, los peritos informáticos que trabajan en la causa sobre la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman detectaron varios ingresos a su PC realizados a las 20:07 horas del domingo 18 de enero, cuando todos los forenses coinciden en que Nisman ya estaba muerto y dos horas antes de que su madre encontrara su cuerpo con un disparo en la cabeza en el baño de su piso en Buenos Aires.
La fiscal Viviana Fein, que encabeza la investigación, afirmó entonces que
«lo que hay que revisar técnicamente es si existió el ingreso y ese registro horario es el real o pudo haber sido manipulado. Tenemos que saber cómo se puede llegar a manipular el registro horario».
A partir del hallazgo, los peritos trabajaron para dilucidar si el ingreso posterior a la muerte de Nisman fue «in situ», es decir, en el mismo piso donde el fiscal ya se hallaba muerto; si fue una entrada remota mediante tecnología para hackear la PC; si el horario del ingreso fue adulterado y en realidad correspondía a otro momento; o si en realidad el ingreso nunca existió y se trató de un error del propio ordenador.
LA RESPUESTA
Según publicó la prensa argentina, los investigadores ya tienen la respuesta. El diario «Página/12» reveló que la junta de especialistas informáticos que analiza las computadoras y teléfonos móviles de Nisman dictaminó que el supuesto ingreso de pendrives de las 20:07 en realidad no existió, sino que se trató de un mero error del sistema operativo Windows. De acuerdo con el matutino,
«esto despeja un misterio: era extraño que alguien hubiera hecho esa operación a la hora en que el cuerpo de Nisman estaba en el baño y todavía no había ingresado nadie al departamento.
Es más, a las 20.07 estaban dos custodios, la madre del fiscal y una amiga tratando de entrar al departamento».
Lo que llamó la atención de los peritos fue el hecho de que el ordenador Samsung de Nisman tenía capacidad de conexión para dos pendrives simultáneos, no de tres, y en caso de usarse un hub USB -un «multiplicador» de pendrives-, ese hub hubiera quedado registrado. Pero los peritos descubrieron que no se ingresó con tres pendrives, sino que se conectaron 26 dispositivos USB al mismo tiempo. En base a eso, los expertos concluyeron en el acta judicial que «se trató de una manifestación de un error de Windows».
El análisis lleva a suponer que se trató de una falla bastante habitual en una actualización automática de Windows. Según «Página/12», la hipótesis de algunos especialistas es que ese procedimiento habría colgado la computadora y cuando ésta se puso en marcha nuevamente aparecieron registradas todas las operaciones anteriores en un mismo horario.
Un caso turbio
Nisman murió unos pocos días después de haber imputado a la presidenta argentina, Cristina Kirchner, y otros funcionarios de su Gobierno por un supuesto «plan criminal» para encubrir a los dirigentes y exdirigentes políticos iraníes acusados por el atentado a la mutual judía AMIA, que en 1994 se cobró la vida de 85 personas en Buenos Aires.
Según la tesis de Nisman, el Gobierno argentino habría negociado impunidad con Teherán a cambio de privilegios en el intercambio comercial. Sin embargo, la denuncia del fiscal fue desestimada en varias instancias judiciales ya que se consideró que no había suficiente materia probatoria para tamaña acusación.
Al día siguiente de su muerte, Nisman debía comparecer ante el Parlamento para brindar detalles de su denuncia.
La fiscal Fein siempre ha trabajado más cerca de la hipótesis del suicidio, mientras que la querella, representada por la exesposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, insiste en la teoría del asesinato.
El caso es en extremo complejo ya que abarca a influyentes personajes del submundo del espionaje, ligados a Nisman y enfrentados al Gobierno de Kirchner; e incluye sospechas sobre manejos turbios financieros por parte del fiscal.
Lo cierto es que, a más de cuatro meses de su muerte, no hay ninguna certeza sobre las circunstancias que la rodearon, y las nuevas y extrañas pistas sobre su ordenador personal arrojan aún más dudas.