De nada sirvió su amargo llanto, su desesperada reticencia a un destino marcado a fuego por sus compinches yhadistas en nombre de Alá.
Jafar al-Tayyar, de Uzbekistán, se metía en un tanque cargado de explosivos rumbo a la localidad chiíta de Fua, en la provincia siria de Idlib. Su objetivo: hacerlo volar y convertirse así en otro mártir por la causa.
El joven, que por su apariencia no debe tener ni 18 años, formaba parte de la facción uzbeka aliada de Al Qaeda, Bukhari Jamaat, que el año pasado juró lealtad a los talibanes afganos.
ÁNIMOS
Sus compinches barbudos lo alientan y jalean, y el miedo que trasluce les trae el pairo:.
«Jafar, mi hermano, no tengas miedo. Cuando tengas miedo, recuerda a Alá»,
le dice uno mientras lo empuja hacia la misión suicida. La respuesta del adolescente no se hace esperar:
«Tengo miedo, no triunfaré».
El vídeo -grabado el 13 de setiembre de 2015- muestra, al poco, cómo vuela por los aires a lo lejos. Todos contentos.