Lo han decapitado sin miramientos en la filipina isla de Jolo. Este lunes 13 de junio de 2016, el grupo islamista Abu Sayyaf ha cumplido su palabra, y el canadiense Robert Hall ha corrido la misma suerte que el otro turista de su misma nacionalidad -John Ridsdel- que, como él, había sido secuestrado en septiembre de 2015 cuando se encontraba de vacaciones en un complejo hotelero del sur del país. También fue capturada en esa acción la filipina Marites Flor. (Así decapitan al ejecutivo canadiense los feroces yihadistas de Abu Sayyaf).
Robert Hall y Marites Flor
El vídeo de la ejecucion acaba de ser lanzado ahora a las redes menos convencionales, y en el mismo los sádicos islamistas le cortan el cuello a cuchillo de una manera lenta y atroz, entre agónicos suspiros de la víctima.
Citado por el diario local ‘Inquirer‘, Abu Raami, uno de los representantes de los yihadistas, ha anunciado el trágico final, al cumplirse el plazo para que el gobierno canadiense entregara un rescate de 11,2 millones de euros. Su cabeza apareció durante las últimas horas a las puertas de una catedral de Jolo.
Algunos periodistas pudieron hablar con el desventurado horas antes de fuera asesinado. El canadiense les explicó que su condición física era «muy mala» y que sus captores les estaban «matando de hambre»:
«No nos dejan dormir y me han amenazado con golpearme».
El propio cautivo reconoció a los periodistas que los militantes le habían dicho que su vida «concluía en esta jornada».
Es el segundo crimen de este tipo en menos de un mes por parte del grupo yihadista, que juró su lealtad al Estado Islámico. Abu Sayyaf fue creado en 1991 por un puñado de excombatientes de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética, y se le atribuyen algunos de los atentados más sangrientos de los últimos años en Filipinas.
John Ridsdel, fue ejecutado el 26 de abril de 2016
Las autoridades de Filipinas habáin asegurado que estaban haciendo todo lo posible por rescatar a los rehenes:
«Las operaciones de nuestras fuerzas militares y de orden continúan sin descanso con el objetivo de rescatar a los rehenes y llevar ante la ley a sus captores»,
afirmó en una rueda de prensa el secretario de comunicación de la Presidencia de Filipinas, Herminio Coloma.
Sin embargo, tanto el Gobierno de Filipinas como el de Canadá siguen firmes en su postura de no pagar rescates ni negociar con terroristas.
La cabeza de Robert Hall