Lo cuenta en un largo y detallado reportaje Juliana Fregoso en Infobae este 6 de octubre de 2018 (México: El helador secreto por el que los narcos adoptaron la ‘moda’ de decapitar rivales).
El 8 de enero de 2016 el presidente de México, Enrique Peña Nieto, confirmaba en su cuenta de Twitter la tercera detención de Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera, el capo más buscado en México y Estados Unidos, siete meses después de haber protagonizado una espectacular fuga de una cárcel de máxima seguridad a través de un sofisticado túnel que conectaba con su celda.
En las fotografías, junto al Chapo Guzmán aparecía todo el tiempo un personaje que fue ignorado. Su jefe acaparaba todos los reflectores y algunos medios se limitaron a informar que había sido detenido junto a uno de sus sicarios o uno de sus lugartenientes.
«Por el jefe da la vida y eso ya se demostró», dice el narcocorrido «Gente del general» dedicado a Orso Iván Gastélum, «El Cholo Iván», quien era algo más que un sicario o lugarteniente en la estructura del grupo delictivo.
Durante mucho tiempo fue uno de los dos únicos personajes del cártel que tenían contacto en persona con «el Chapo»: el otro era Ismael «El Mayo» Zambada, una de las cabezas.
En esa época ni siquiera Dámaso López, quien presuntamente era el sucesor del capo, tenía acceso a Guzmán Loera y sólo recibía los mensajes que vinieran a través de Gastélum, señaló a Infobae el escritor mexicano Jesús Lemus, autor de libros relacionados con crimen organizado y seguridad.
Gastélum era el enlace entre Guzmán Loera y el resto del cártel, funcionarios, como el ex fiscal del estado de Nayarit, Édgar Veytia (preso en Estados Unidos); jefes de otros cárteles como Nemesio «El Mencho» Osegura (del Cártel Jalisco Nueva Generación) y de capos encarcelados como Rafael Caro Quintero.
«El Cholo» no sólo tiene su narcocorrido, también fue pareja de una reina de belleza que murió en un tiroteo, y su personaje ha cobrado más relevancia luego del serie «El Desconocido» del género narco ficción, que retoma la historia de su vida.
Algunos lo consideran no sólo el hombre leal que permaneció con su jefe hasta el final, sino también como un conciliador dentro del cártel que impidió más divisiones al interior tras la segunda captura del Chapo sino también como un factor de equilibrio que contuvo los embates de Isidro Meza Flores «El Chapo Isidro», del Cártel de los Beltrán Leyva en su intento por extender sus dominios de la parte sur del estado de Sonora hasta poblados importantes al sur de Sinaloa como Los Mochis (donde fueron detenidos en 2016 ‘El Chapo’ y ‘El Cholo’) y Guamúchil, plaza de la que Gastélum era jefe.
«Era un personaje clave en la seguridad del ‘Chapo’. Fue muy estratégico porque reguardó todo el espacio geográfico, desde el centro hasta el norte de Sinaloa para que no entrarán grupos como el de ‘Chapo Isidro'», dijo Juan Carlos Ayala, investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
Nacido en Badiraguato, la tierra del «Chapo», Gastélum habría empezado su carrera en los sembradíos de marihuana del cártel, de ahí, relató Lemus, lo llevaron al estado de Durango para cuidar los plantíos y después pasó a ser guardaespaldas de los hijos de Guzmán Loera, él se encargaba de llevarlos a la escuela cuando eran pequeños.
Fue escalando puestos hasta llegar a ser el jefe de escoltas del capo «siempre con una lealtad increíble», aseguró Ayala.
Uno de sus tíos, llamado Roberto Gastélum había trabajado con Armando «El Rayo» López, compadre de Guzmán Loera, quien fue asesinado por el cártel de los Arellano Félix, que operaban en Tijuana, porque trató de conquistar a su hermana Enedina, lo que desencadenó el rompimiento entre los dos grupos criminales.
«El Cholo» pisó la cárcel por primera vez en 2006, durante un operativo militar en Culiacán, la capital de Sinaloa. Tres años después se fugó en medio de un festival musical y vestido de mujer. Fue justo en 2009 cuando se desató la guerra entre los cárteles de Sinaloa y los Beltrán Leyva.
Pero su vida sentimental lo haría más famoso que su carrera criminal, luego de que en 2012, en medio de un tiroteo entre un grupo delictivo y fuerzas del estado, perdiera la vida María Susana Flores Gámez, una reina de belleza que recién había ganado el concurso «Nueva Mujer Sinaloa».
A pesar de que hablaba poco de su relación, a Susana se le había ligado desde 2011 con Gastélum, quien para entonces ya estaba encargado de la plaza de Guamúchil y de contener el avance de los Beltrán Leyva en el norte de Sinaloa.
El 24 de noviembre de 2012 se reportó en el municipio de Mocorito la muerte de tres personas durante un enfrentamiento entre hombres armados y elementos del Ejército.
Uno de los fallecidos era «Susy» cuyo cuerpo fue encontrado junto a una AK-47. Las primeras versiones de la investigación filtradas a la agencia AP por un funcionario de la Fiscalía Federal señalan que había sido usada como escudo humano luego de que los sicarios se escondiera detrás de ella mientras bajaba de un auto.
Pero días después el delegado de la Fiscalía en Sinaloa, Enrique Feregrino, aseguró que las pruebas de radizonato practicadas al cuerpo de Susana, dieron positivo, con lo cual se confirmó que disparó el rifle que apareció junto a su cadáver el día del tiroteo.
Aunque logró escapar, a Gastélum se le atribuye el haber tapizado de narcomantas tres municipios culpando a un mando militar, Antonio Gurrola Calzada, de haber asesinado a Susana.
«General Gurrola (atemorizaste y mataste a María Susana Flores y todavía sigues matando gente inocente, señor Secretario de la Defensa que se investigue a ese General porque lo único que se ha hecho es pisotear los Derechos Humanos, matar, torturar gente inocente, así como mataste a María Susana Flores y muchos más, señor Presidente con todo respeto investigue al General que no debería estar en el Ejército si no en la cárcel, atte Cholo Ivan», decían las mantas.
Días antes, helicópteros militares habían lanzado en las ciudades de Guasave y Culiacán panfletos en los que pedía a la ciudadanía denunciar a Iván Gastélum, ‘El Cholo’, un «homicida, feminicida, ladrón, secuestrador, extorsionador, sicario, violador y narcomenudista. Tu denuncia es anónima».
Un par de días más tarde vino la respuesta. Una manta fue colgada en Guamúchil, con el siguiente mensaje:
«YA ERA SABIDO DEL LADO QUE ESTAN XQ TAPIZAN GUASAVE CON FOTOS DEL CHOLO IVAN Y LAS DEL CHAPO ISIDRO DONDE ESTAN…».
Otra de sus supuestas parejas, de nombre Luz Adriana Galindo, de 18 años, fue asesinada en agosto de 2016 de un tiro en la espalda, luego de una emboscada al auto en el que viajaba.
Adriana también había participado en un concurso de belleza tres años antes.
El tropiezo del «Cholo»
Antes de su captura, el dominio de Gastélum se había extendido más allá de Sinaloa, era el encargado del estado de Baja California Sur, donde se encuentran importantes centros turísticos como Los Cabos y La Paz.
A cambio de evitar divisiones en el cártel, le ofreció al hijo del «Licenciado», Dámaso López Serrano, «El Mini Lic», el control de La Paz, pero la respuesta fue «te la voy a quitar por la mala», según narró Lemus, lo que desató una guerra entre grupos del Cártel de Sinaloa en esa región de México.
Aunque su lealtad hacia ‘»El Chapo» nunca estuvo en duda, un error involuntario de Gastélum provocó la segunda captura de Guzmán Loera en un hotel en el Puerto de Mazatlán, Sinaloa, el 24 de febrero de 2014.
«Se le olvidó cambiar el chip de uno de los teléfonos (móviles) y fue así como supieron donde encontrar al ‘Chapo'», expresó Lemus.
Para 2016, «El Cholo» era uno de los 122 objetivos prioritarios del gobierno federal.
Estaba llamado a ser uno de los líderes del cártel al nivel de los hijos y el hermano del «Chapo», sin embargo, hace dos años está preso en una cárcel de alta seguridad en México, acusado de homicidio, delincuencia organizada y posesión de armas de uso exclusivo del Ejército.