La dictadura en Venezuela representa un problema de mucha dificultad para América Latina, la crisis ocasionada por el socialismo chavista impacta a todos los países vecinos, en el caso de Chile, según cifras de Acnur, ya ha recibido casi 300.000 venezolanos, siendo el tercer país, por detrás de Perú y Colombia, en atender a quienes huyen de los efectos del régimen.
En este contexto, el presidente chileno, Sebastián Piñera, tiene un diagnóstico muy claro respecto de la situación de Venezuela y las medidas que deben adoptarse al respecto. Y lo comentó en una entrevista con el periodista Bieito Rubido, para el periódico español ABC.
.- Usted que ha tenido un papel bastante relevante en todo lo que está sucediendo en Venezuela, ¿cómo ve ahora mismo la situación allí? ¿qué soluciones cree que se pueden abordar en el medio plazo? ¿cómo ve a Juan Guaidó?
América Latina en general está pasando por tiempos difíciles. Veamos las cifras, que hablan con mucha elocuencia. Tenemos Argentina en una profunda recesión desde hace muchos meses, Brasil tuvo crecimiento negativo en el primer trimestre y es posible que lo repita en el segundo, y eso significa técnicamente recesión. Ecuador y Colombia han perdido gran parte de su capacidad de crecimiento. Venezuela es una tragedia y en este mundo difícil yo veo que Perú y Chile son los países que están enfrentando mejor estos tiempos difíciles.
Volviendo a Venezuela, fue en la década de los 90 el país más desarrollado y más rico de toda América Latina, y hoy día está muy cerca de ser el más pobre de América Latina, y eso es producto de malos gobiernos, malas políticas. Por eso estoy convencido de que en Venezuela no solamente hay una dictadura, hay una dictadura corrupta e incompetente que ha conducido a su país a una crisis total. Crisis política porque no hay democracia, no hay libertad de expresión, hay presos políticos, no hay respeto por los derechos humanos. Crisis económica porque hoy en día el producto bruto de Venezuela es cerca de un tercio de lo que llegó a ser en la década de los 90. ¿Qué país puede reducirse a la tercera parte por malas políticas públicas? Hay una crisis humanitaria, literalmente muchas personas se están muriendo de hambre por falta de alimentos o por falta de medicamentos, y todo eso es responsabilidad de una dictadura corrupta e incompetente.
Por eso yo creo que el camino de Venezuela es terminar con esa dictadura, tener un gobierno de transición y llamar a elecciones libres, transparentes y democráticas y poder recuperar el tiempo perdido y ponerse nuevamente en la senda del progreso y el desarrollo. Eso es lo que Chile promueve, defiende y busca en conjunto con un grupo de países que nos hemos agrupado en lo que se llama el Grupo de Lima. Y últimamente hemos buscado también contactos y coincidencias con los países europeos que están agrupados en lo que se llama el Grupo de Contacto.
.- Presidente, en esa línea hay muchos venezolanos en Chile, casi 400.000, lo que abre un debate que se da también en España y en la Unión Europea sobre la inmigración. Hay una corriente de opinión pública aquí en Chile que puede ser un caldo de cultivo para un partido más a la derecha, que es lo que plantea Vox en España, el rechazo a la inmigración desordenada, a que vengan haitianos, dominicanos, etc. ¿Le preocupa cómo enfrenta el problema de la inmigración? En el caso de Venezuela, si se recupera, a lo mejor vuelven todos para allá. Es la suerte que tiene un país tan rico, pero no así otros países.
De hecho, en los últimos cinco o seis años, cuatro millones de venezolanos han emigrado y las estimaciones de la OEA y de Naciones Unidas y de algunos organismos tanto públicos como privados estiman que si la situación se mantiene en los próximo dos años podrían emigrar otros cuatro millones. Los principales receptores de esa emigración han sido los países de América Latina, en particular Colombia, Ecuador, Perú, Brasil y Argentina.
Ahora, Chile siempre ha sido un país abierto y acogedor con la migración. Es parte de nuestra historia. De hecho, Chile se formó de emigraciones, partiendo por los españoles y con los alemanes, los palestinos, en distintas etapas. Creemos que Chile debe seguir siendo un país abierto y acogedor con la inmigración, pero queremos una inmigración ordenada, regulada y segura. Por eso somos grandes partidarios de permitir y facilitar la inmigración legal de aquellos que vienen a Chile cumpliendo nuestras leyes, a integrarse en nuestra sociedad, a aportar al desarrollo de Chile, y queremos tener fronteras cerradas para los que vienen a causarnos daño, por de pronto los que ingresan sin respetar nuestras leyes, de forma ilegal, los que tienen antecedente delictivos en sus países de origen, o los que cometen graves delitos en nuestro propio país.
Por tanto, la pregunta no es si queremos o no queremos ser un país abierto a la inmigración. Sí queremos serlo, pero queremos ser abiertos con la inmigración que le hace bien a Chile y ser cerrados con la inmigración que le hace daño a Chile. Esa es la política que está impulsando nuestro gobierno y por eso hemos presentado una ley para modernizar nuestra legislación migratoria que data de hace muchas décadas y que está obsoleta.
.- ¿Qué posibles escenarios se hablan en Venezuela? ¿Ve alguna solución factible?
Mire, Venezuela es una dictadura corrupta e incompetente, que ha condenado a su pueblo al hambre, a la miseria, que no respeta los derechos básicos como las libertades, los derechos humanos, la libertad de expresión, que tiene el repudio de la mayoría inmensa de los venezolanos, que ha condenado a su país a una crisis total, humanitaria y que además cuenta también con el rechazo de las principales democracias del mundo. Tiene sus días contados. Y por eso espero que los tiempos del dictador Maduro se terminen, y pronto pueda producirse un gobierno de transición que llame a elecciones libres, limpias, democráticas.
.- ¿Y cree que puede haber solución sin violencia? Porque ellos no parece que hayan cedido hasta ahora a la presión popular ni a las presiones exteriores…
Las dictaduras nunca ceden libre y voluntariamente el poder. Hay que quitárselo, arrebatárselo. Y eso no es fácil. Y toma tiempo. Hoy día Venezuela, desde el punto de vista de su cercanía, con recuperar su democracia ha dado grandes pasos adelante. Hoy ya tenemos la oposición democrática de Venezuela más unida que nunca, una opinión pública completamente comprometida con hacer lo que sea necesario para lograr deshacerse de una dictadura corrupta e incompetente. Tenemos una comunidad internacional mucho más consciente y más comprometida con la causa democrática venezolana.
Terminar con una dictadura nunca ha sido fácil, pero creo que están dadas las condiciones básicas para que Venezuela se reencuentre con su forma natural de vida, que es la democracia, que son las libertades, que es el respeto a los derechos humanos y para eso estamos comprometidos y trabajando la inmensa mayoría de los países democráticos del mundo, incluyendo España, que ha reconocido al presidente Guaidó como el legítimo presidente de Venezuela. Al igual que Chile.
.- ¿Cómo juzga usted el papel del presidente mexicano, López Obrador, o del uruguayo, Tabaré Vázquez, que no mantienen la línea del Grupo de Lima?
Efectivamente, Bolivia, Uruguay y México han tomado una línea distinta a la de la mayoría de los países de América del Sur, pero países como Brasil, Argentina, Paraguay, Chile, Perú, Ecuador y Colombia, que somos parte del Grupo de Lima, estamos totalmente convencidos, y comprometidos, de que la única solución para Venezuela y para terminar con la tragedia venezolana es terminar con la usurpación de una dictadura corrupta e incompetente, crear un gobierno de transición y llamar a elecciones libres. Yo espero que esa conjunción de fuerzas internas en Venezuela, que es el anhelo y el compromiso de la inmensa mayoría del pueblo venezolano por recuperar su libertad y su democracia, más el apoyo de la comunidad internacional, va a ser más fuerte que una dictadura tan corrupta como la que encabeza Maduro.
El hecho de que haya triunfado López Obrador en México, la presidencia de Evo Morales en Bolivia, en definitiva, el triunfo de los movimientos populistas –incluso se han instalado en la Casa Blanca, decía Vargas Llosa en una entrevista que publicaba «El Mercurio»– ¿le teme al populismo en el país que precisamente dice usted es el más serio, el más riguroso de Latinoamérica, como es Chile? Por la derecha y por la izquierda.
Ningún país está inmune ni protegido ante el populismo. Y ahí está la principal responsabilidad de los líderes políticos, de poner por delante los intereses del país, de ser capaces de tener una cultura de diálogo, de búsqueda de acuerdos para enfrentar y resolver los problemas que afectan a su población. De tener la capacidad también de mirar hacia el futuro y prepararse para los grandes cambios que vienen por la revolución tecnológica, la sociedad del conocimiento de la información. Cuando las clases políticas democráticamente elegidas fallan, no cumplen su labor y en lugar de preocuparse de hacer que los países avancen se enfrascan en las luchas fratricidas entre ellas mismas, entonces están creando los espacios, cultivando y potenciando la aparición de populismos, y por eso el mejor antídoto contra el populismo es que los gobernantes y los líderes políticos democráticamente elegidos asuman en plenitud las responsabilidades que tienen con sus países y con su pueblo.
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