Cuando una declaración, carta o pronunciamiento comienza diciendo «Los y las miembros…» ya hay algo que huele mal, pero luego, al darte cuenta que detrás se encuentra algo llamado «Grupo de Puebla» conformado por los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, Dilma Rousseff y Rafael Correa, entre otros, para defender al dictador Nicolás Maduro, ya todo encaja más.
El pasado 11 de septiembre la maquinaria comunista internacional se activo a través de una «Declaración Conjunta en repudio a posible intervención militar en Venezuela», lo hicieron porque sabían que el día 12 la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobaría el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) como mecanismo de defensa mutua que podría abrir la puerta a una intervención militar en Venezuela.
En la declaración, los más radicales de la izquierda internacional argumentan su rechazo a la ayuda internacional contra la dictadura chavista basando su argumento en el principio de autodeterminación y de no intervención extranjera.
«Rechazamos cualquier intento de uso de la fuerza que socave el principio de solución pacífica de las controversias y que posibilite una intervención militar en Venezuela por parte de fuerzas extranjeras, incluida la invocación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), instrumento arcaico para intervenciones militares en países de América Latina durante la Guerra Fría.
Destacamos que el uso de la fuerza y la militarización de las fronteras solamente agravaría el conflicto, sometiendo a su pueblo a mayores sufrimientos y creando un clima de tensión con los países vecinos susceptible de escalar en cualquier momento»
Sin embargo, los y las miembros del «Grupo de Puebla» firmantes del documento se olvidaron de los asesinados y las asesinadas por la dictadura chavista, no hicieron mención de las ejecuciones extrajudiciales de los efectivos y las efectivas del FAES que trabajan bajo las órdenes de Nicolás Maduro y que han sido denunciados ya en dos oportunidades por la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de ONU.
Los y las que aparecen como firmantes del pronunciamiento que intenta seguir atornillando a Maduro al poder (y a los venezolanos al sufrimiento) son:
Celso Amorim, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Karol Aída Cariola Oliva, Rafael Correa, Julián Andrés Domínguez, Marco Enríquez-Ominami, Leonel Fernández, Fernando Haddad, Miguel Barbosa Huerta, José Miguel Insulza Salinas, Camilo Lagos, Guillaume Long, Clara Eugenia López Obregón, Fernando Lugo, Esperanza Martínez, Daniel Carlos Martínez Villamil, Aloizio Mercadante Oliva, Alejandro Navarro Brain, Carlos Octavio Ominami Pascual, Yeidckol Polevnsky Gurwitz, Gabriela Alejandra Rivadeneira Burbano, José Luis Rodríguez Zapatero, Dilma Rousseff, Ernesto Samper Pizano, Carol Proner, Felipe Carlos Solá, Carlos Sotelo García, Jorge Enrique Taiana y Carlos Alfonso Tomada.
A pesar del intento, el paso a favor de la activación del TIAR salió adelante impulsada por Colombia y Venezuela. Doce países, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, República Dominicana y Venezuela, representada por los delegados de Guaidó, han votado a favor de esta medida que pone más presión sobre Maduro, Cabello y toda la dictadura chavista.
