Aaron Carter no se encuentra muy bien de salud mental, algo que ya han denunciado sus familiares, como lo hizo Nick Carter que pidió una orden de alejamiento contra su hermano por el riesgo que este representa para su esposa e hijo.
No conforme con esto, la semana pasada Aaron Carter mostró a través de sus redes sociales el nuevo tatuaje que se había hecho en la cara y que representa a la cantante Rihanna caracterizada como medusa, tal y como apareció en la portada de un número de la revista GQ en 2013.
El diseño, que cubre casi la totalidad del lado izquierdo de su rostro, se volvió rápidamente viral y ha escalado posiciones rápidamente en la lista de los peores grabados en tinta de las celebridades, haciéndole la competencia a la réplica de la Venus de Milo que Chris Brown luce desde 2015 en la parte posterior del cráneo.
Sin embargo, resulta que los planes iniciales de Aaron iban más allá: según ha desvelado ahora el responsable de crear esa ‘obra de arte’, Herchell Carrasco, su cliente quería que fuera mucho más grande y cubriera toda la cara. En realidad, cuando el intérprete reservó la cita en su casa, Carrasco creía que solo quería que retocara o ampliara los tatuajes que ya tiene en el pecho, pero al parecer algo le hizo cambiar de idea.
En un principio el tatuador intentó hacerle cambiar de idea, pero al final acabaron acordando que solo le tatuaría parte de la cara, la palabra ‘amor’ bajo el ojo izquierdo y una luna creciente en el otro lado, todo ello por el módico precio de cinco mil dólares.
“Antes de trabajar con alguien siempre tengo en cuenta su estado mental… y en el caso de Aaron, sopesé la situación y llegué a la conclusión de que sabía lo que se estaba haciendo”, ha asegurado Carrasco en declaraciones al portal TMZ.
