Las probabilidades de que Estados Unidos ponga contra las cuerdas al presidente de Hawkers, Alejandro Betancourt López, en los próximos meses, se incrementan.
Y esto se debe a que la Fiscalía española decidió apoyar la extradición a Estados Unidos del exviceministro de Desarrollo Eléctrico de Venezuela, Javier Alvarado Ochoa, investigado en el estado norteamericano de Texas por blanqueo y sobornos en la petrolera estatal venezolana PDVSA.
Alvarado Ochoa, quien también dirigió una de las filiales de PDVSA, Bariven, fue nombrado viceministro de Desarrollo Energético por Hugo Chávez en 2010, luego de presidir Corpoelec, y jugó un rol importante en la declaración de la crisis eléctrica que sirvió como artilugio legal para suspender las licitaciones establecidas por las leyes venezolanas lo cual permitió la contratación de obras eléctricas de gran envergadura.
A partir de esta situación fue que Derwick Associates obtuvo el beneplácito del régimen para la adjudicación de 12 proyectos a través de la CORPOELEC y PDVSA, por un costo de más de 2.100 millones de dólares, según publica el portal Transparencia Venezuela.
Pero la empresa que para ese entonces solo tenía 14 meses de creada en Venezuela habría contado con el apoyo del mismo Alvarado Ochoa para obtener los contratos. En enlace habría sido Javier Alvarado Pardi, hijo mayor del exviceministro y amigo de la infancia de Alejandro Betancourt.
Alvarado Pardi fue identificado como «amigo desde la infancia» de Alejandro Betancourt, tanto que usó la oficina de los muchachos de Derwick, identificados por el periodista Juan Carlos Zapata como los bolichicos, para realizar algunos negocios.
La acusación en Estados Unidos contra Javier Alvarado Ochoa
Según la acusación formulada ante un juez de Texas, adelantada por Europa Press, en 2011 el ex alto mando «se involucró en una conspiración con un grupo de directivos de alto nivel actuales y anteriores» de la estatal petrolera y sus subsidiarias.
«Aprovechando su influencia en los círculos de poder (…) organizaron un sistema de comisiones en relación a contratos públicos de la empresa PDVSA», se lee también en el escrito del Ministerio Público venezolano. El modus operandi consistía en obligar a las empresas que accedían a las licitaciones «a contratar con sus presuntos contratos de asesorías, en contrapartida por sus gestiones con la alta gerencia de la industria, pues el pago era imprescindible para acceder a los mercados públicos de PDVSA y sus filiales«.
No es un secreto para nadie que una de las fórmulas utilizadas por quienes son acusados en juicios por la justicia norteamericana es colaborar brindando información acerca de otros procesos en investigación, todo con la finalidad de disminuir condenas o evitar la presentación de algunos cargos, algo que podría aprovechar Alvarado Ochoa si decide compartir información confidencial acerca de los negocios de la empresa de Alejandro Betancourt, Derwick Associates, con el régimen chavista.
Alejandro Betancourt «Conspirador 2»
Según adelanto a principios de mes el diario Miami Herald, Alejandro Betancourt, «recibió millones de dólares del esquema de corrupción que pretendía extraer $1,200 millones de la estatal Petróleos de Venezuela» y este diario le señala como uno de los implicados en el caso federal de Miami en el que también se investiga a los «narcosobrinos», como ha sido apodados los hijastros del dictador Nicolás Maduro.
Según asegura el periódico, a pesar de que el empresario chavista no ha sido identificado explicitamente en los documentos del caso, algunas fuentes confirmaron al Herald que él es el «Conspirador 2», apareciendo entre la docena de conspiradores enumerados pero de identidad resguardada en la acusación criminal de la corte federal del sur de la Florida.