Hugo Chávez no llamó «orden» al llamamiento que hizo el pasado sábado a los poderes públicos para que liberaran a los presos políticos que, como él, padecen de cáncer. Pero durante los días que siguieron, el Tribunal Supremo de Justicia y la Fiscalía General de la República han acatado ese llamamiento como si lo fuera.
Cuenta Mayte Primera en El País que este 21 de julio de 2011, ambos poderes han otorgado la libertad condicional al dirigente opositor Alejandro Peña Esclusa, detenido desde 2010 por supuestos cargos de conspiración; y al excomisario de la Policía Metropolitana Lázaro Forero, preso desde hace casi ocho años y sentenciado a 30 años de prisión por las muertes ocurridas durante el golpe de Estado del 11 de abril de 2002.
Antes de partir a La Habana, para recibir las primeras sesiones de quimioterapia contra el cáncer que el 30 de junio admitió padecer, Chávez admitió que «algunos ciudadanos que están privados de libertad y que tienen alguna resonancia, y que algunos llaman presos políticos (…) tienen algún tipo de dolencia grave, incluso cáncer».
Luego añadió: «Yo no soy el dictador que va a dar órdenes aquí a los demás poderes (…) Pero sí me atrevo a hacer un exhorto de mi corazón humanitario al Poder Judicial y los poderes respectivos, para que estas personas, independientemente de quiénes sean y de sus opiniones (…), se les dé alguna medida de beneficio, cautelar. A lo mejor ir a su casa, con la familia, y que además tengan todo el tratamiento médico que necesitan».
El martes siguiente, se reunieron las presidentas del Poder Ciudadano y el Poder Judicial para elaborar una primera lista de 54 reos que recibirían beneficios procesales.
Y entre miércoles y jueves fueron liberados los dos primeros prisioneros, ambos calificados por el propio Gobierno como opositores a la revolución: el ingeniero Alejandro Peña Esclusa, acusado de posesión de explosivos; y el excomisario Lázaro Forero.
Días antes de ser detenido, en julio de 2010, Peña Esclusa había sido operado de un cáncer de próstata que ha reaparecido en los últimos días.
El cáncer del comisario Forero fue diagnostico el 14 de julio pasado, pero desde enero sus familiares sospechaban la enfermedad que padecía y pidieron para él atención médica, que le fue negada. «Lamentablemente tuvo que venir esta situación de enfermedad grave para que el presidente recapacitara.
Es de malignidad ocho, que es un cáncer grave. Si los exámenes se me hubieran hecho en enero, lo habrían detectado en un grado tres o cuatro», ha dicho Forero el jueves, tras ser excarcelado. En los próximos días, otros 52 presos enfermos serán beneficiados con medidas cautelares.