Estos esfuerzos son liderados por el operador y militar chavista Diosdado Cabello
La cúpula militar fiel al régimen chavista está preparada para «mantenerse en el poder a toda costa» en el caso de que muera el presidente Hugo Chávez, aquejado de cáncer terminal.
Hay un plan de emergencia que incluye la suspensión de las garantías constitucionales ante cualquier señal de agitación política que amenace la supervivencia del chavismo sin Chávez.
Lo afirma el ex secretario de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roger Noriega, en un editorial publicado en el portal de Internet de InterAmerican Security Watch, titulado «Después de Chávez, un Estado narco«.
«La muerte inminente del caudillo venezolano podría poner al país en el camino hacia una crisis política y social. El cuadro militar instalado por Chávez en enero ya se está comportando como un régimen de facto decidido a mantenerse en el poder a toda costa. Y La Habana, Teherán, Moscú y Pekín se están moviendo para proteger sus intereses«, escribe Noriega, quien también fue subsecretario de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado durante la Administración de George W. Bush.
«El ministro de Defensa, Henry Rangel Silva, ha desarrollado un plan para imponer la ley marcial si la condición de Chávez se deteriora aún más y propicia cualquier tipo de inestabilidad».
Noriega dice basarse en fuentes del palacio presidencial de Miraflores.
El plan, siempre según Noriega, fue acordado con el ala militar del chavismo acusada por la Justicia estadounidense de mantener vínculos con el narcotráfico.
Estos esfuerzos son liderados por «el operador y militar chavista Diosdado Cabello», designado por Chávez para liderar el Partido Socialista (PSUV) desde enero.
«El nombramiento de Cabello estaba destinado a tranquilizar a un grupo poderoso de narcomilitares (…). Estos hombres despiadados nunca entregarán el poder y la impunidad que este les garantiza, y ellos no se hacen ilusiones de que las elecciones (del 7 de octubre) les conferirán legitimidad en un narco-Estado venezolano, confiando en cambio en miles de millones de dólares en ganancias mal habidas y decenas de miles de soldados bajo su mando».
«Mis fuentes me comentan que Cabello y compañía estarían más dispuestos a recurrir a medidas inconstitucionales y a la represión si no pueden contar con el apoyo de Moscú y Pekín».
Explica el ‘Nuevo Herald’, diario radicado en Miami y con información privilegiadaque, alarmados por el acelerado debilitamiento físico del presidente Hugo Chávez, militares vinculados con su régimen han desarrollado un plan de emergencia — que involucra la suspensión de los derechos constitucionales — a ser ejecutado ante cualquier señal de agitación política, advirtió el ex secretario de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roger Noriega.
El plan, elaborado por militares acusados por la justicia estadounidense de tener vínculos con el narcotráfico, pretende servir de póliza de seguros para sus creadores en caso de que una súbita desaparición física del mandatario llegara a amenazar la supervivencia del régimen, señaló Noriega, quien aseguró tener contacto con fuentes informadas sobre la situación en Caracas.
“En mi estimación, la muerte inminente del caudillo podría colocar al país en el sendero del colapso social y político. La cúpula militar instalada por Chávez en enero ya se está comportando como un régimen de facto determinado en preservar el poder a toda costa”.
“Estos hombres despiadados nunca entregarán el poder y la impunidad que éste les garantiza, y ellos no se hacen ilusiones de que las elecciones les conferirán ‘legitimidad’ en un narcoestado venezolano, y prefieren confiar, en cambio, en los miles de millones de dólares en ganancias mal habidas y en las decenas de miles de soldados bajo su mando”.
Citando fuentes facultativas cercanas a Chávez, Noriega dijo que el equipo médico del mandatario sólo ha estado tratando sus síntomas, haciendo énfasis en tratar de estabilizar al paciente y suministrándole dosis de radioterapia y quimioterapia de último recurso.
Chávez, quien a lo largo de los últimos 10 meses ha tratado de ocultar que está perdiendo la batalla contra el cáncer, reveló — quizás inadvertidamente — la gravedad de la situación al orar por un milagro ante las cámaras de televisión durante una misa realizada en Semana Santa, dijo.
Según Noriega, la angustia y la desesperación expresada por Chávez durante el evento sorprendieron a su círculo íntimo, hasta el extremo de que algunos llegaron a cuestionar su salud mental, y llevó a los militares a acelerar la elaboración del Plan B, señaló.
En su columna, el diplomático aseveró que los lugartenientes y los aliados extranjeros de Chávez ya se están comportando como si “ya estuviese muerto”, tomando medidas para consolidar el poder y trazando planes para conformar “una junta revolucionaria” que tomaría “medidas represivas” para contener conatos de descontento.
Estos esfuerzos estarían siendo liderados por Diosdado Cabello, un hábil operador político, designado por Chávez para llevar las riendas de la Asamblea Nacional y el partido de gobierno.
“El nombramiento de Cabello estaba destinado a tranquilizar a un grupo poderoso de narcomilitares: el general Rangel Silva; el general Clíver Alcalá, jefe de inteligencia; el general retirado Hugo Carvajal y media docena de altos oficiales que han sido clasificados como ‘capos de la droga’ por el gobierno de Estados Unidos”