La solución en Venezuela pasa por el diálogo entre los venezolanos, no en la represión o en el lanzamiento de ladrillos verbales a EEUU
Era el mantra del fallecido Hugo Chávez y la letanía que recitan como autómatas desde hace décadas los dirigentes latinoamericanos con pocos escrúpulos, cuando son incapaces de sacar a su país o acogotan a palos a sus propios ciudadanos: «EEUU tiene la culpa».
Como explica Alfredo Meza en ‘El País’, el guión escrito por el fallecido Hugo Chávez volvió a repetirse este viernes, 14 de marzo de 2014, y varias veces a lo largo del día. Washington es en última instancia el responsable de la violencia que sacude a Venezuela desde hace un mes.
Primero fue el canciller Elías Jaua, quien llamó asesino en horas de la mañana al secretario de Estado John Kerry «por fomentar los disturbios violentos».
En la tarde, en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, el presidente Nicolás Maduro agregó que era evidente que Estados Unidos quería derrocarlo.
El mandatario le pidió «al lobby republicano [en referencia al Partido Republicano] y a los lobbies de derecha de Miami» que «cogieran mínimo» [que se calmaran, en el lenguaje informal venezolano].
«Están fracasando en su intento de promover la desestabilización de Venezuela».
Maduro basa su análisis en algunos hechos ocurridos en los últimos días: la petición de congelar activos de funcionarios públicos venezolanos en Estados Unidos, presentada el jueves por los senadores demócratas Robert Menéndez, Bill Nelson y el republicano Marco Rubio; las constantes alusiones de Kerry a la situación política de Venezuela -un verdadero toma y daca- y las observaciones del Comando Sur, que asegura que la situación venezolana «se está cayendo a pedazos».
SILENCIO EN WASHINGTON
El Departamento de Estado de EE UU ha preferido no responder de manera directa a las acusaciones de Jaua, pero en un comunicado ha dejado claro que «la solución en Venezuela pasa por el diálogo entre los venezolanos, no en la represión o en el lanzamiento de ladrillos verbales a EEUU».
Horas antes, su portavoz, Marie Harf aseguraba que el Gobierno de Caracas «falta descaradamente a la verdad» cuando trata de responsabilizar a EE UU de promover y alentar las protestas en Venezuela.
«Los funcionarios que tratan de hacer que esto gire en torno de EE UU están faltando descaradamente a la verdad sobre lo que está pasando allí».
Washington sigue dispuesto a alentar el diálogo entre el Gobierno de Maduro y la oposición como vía para solucionar el conflicto a través de un intermediario.
«Creemos que podría haber una posibilidad de éxito si una tercera parte mediara, una parte externa que sea aceptada por todas las partes».
No obstante, tal y como recalcó Kerry esta semana durante su comparecencia ante la Cámara de Representantes, EEUU está barajando todas las opciones, entre ellas la posibilidad de imponer sanciones a particulares venezolanos, una alternativa que ha sido respaldada por ambos partidos en las dos Cámaras del Capitolio donde se han presentados sendas propuestas para imponer prohibiciones de visados y congelación de activos a particulares implicados en la violación de derechos humanos en Venezuela.
«Nuestro objetivo es que el pueblo venezolano sea escuchado por su Gobierno y que tenga una voz a la hora de determinar su futuro», ha señalado Harf.
Además de apelar a un diálogo inclusivo, el Departamento de Estado ha instado al Gobierno de Maduro a:
- Parar todo tipo de represión hacia los ciudadanos que ejercen su derecho a la libertad de expresión y de manifestación
- Liberar a todos los que han sido encarcelados injustamente, como Leopoldo López
- Levantar las restricciones de libertad de prensa