Las calles de Caracas han vuelto a llenarse en una nueva jornada de protestas a pesar de los siete días festivos por el Carnaval
Decenas de miles de personas se movilizaron otra vez en Caracas este domingo, 2 de marzo de 2014 para mantener la presión desde las calles sobre el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
El movimiento estudiantil universitario, que desde el 12 de abril lidera las protestas que en todo el país ya se han cobrado 18 vidas, convocó a una marcha que partió desde cuatro puntos de la ciudad –simbolizando los cuatro temas de las principales reivindicaciones estudiantiles- para reunirse en la Plaza Brión de Chacaíto.
Como explica Ewald Scharfenberg en ‘El País’, aunque estos días se han producido varios eventos multitudinarios y la marcha del domingo se limitó a recorrer los tradicionales cantones de clase media contestataria, la nutrida asistencia al acto representó una victoria para los sectores opositores en otra escaramuza de lo que podría denominarse la Batalla del Carnaval en Venezuela.
El Gobierno, puesto en jaque por los focos persistentes de disturbios durante casi tres semanas, apostó a que el asueto de carnaval –aprovechado regularmente por los venezolanos para ir a la playa o salir de excursión- serviría para desmovilizar a los protestas y dejar en evidencia a la vanguardia que organiza las manifestaciones.
Para reforzar ese esperado efecto de congelación, el presidente Maduro declaró “no laborables” otros tres días más, incluyendo el próximo miércoles (miércoles de ceniza) en el que se celebra el primer aniversario del fallecimiento de Hugo Chávez.
Que los estudiantes hayan conseguido llenar las calles de Caracas y otras ciudades del país – como Mérida y Barquisimeto – un domingo de carnavales y frente a una oferta tentadora de siete días de vacaciones, habla ya de la capacidad organizativa y política del movimiento.
EL HÉROE ENCARCELADO
El líder del partido político opositor Voluntad Popular (VP), Leopoldo López, encarcelado como «autor intelectual» de la ola de violencia que se desató el pasado 12 de febrero en Caracas, ha sostenido que es «un preso político» del presidente venezolano, Nicolás Maduro, «y su institucionalidad manipulada».
López, en una entrevista publicada por el diario venezolano ‘El Nacional’, que recoge las respuestas manuscritas del líder opositor a un cuestionario enviado a la cárcel militar de Ramo Verde, ha confesado que «desde hace algún tiempo sabía que esto podía pasar».
«Desde hace un año, Maduro viene amenazándome con cárcel. Estaba esperando la excusa para ejecutar su deseo inseguro y autoritario y el 12 de febrero la consiguió. Lo que estoy viviendo en Ramo Verde no es consecuencia del 12-F ni de lo que pasó en la Fiscalía», ha dicho.
Ha sostenido que «fue un plan ejecutado por el Gobierno». «Los asesinos fueron del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y, según el hermano de Juan Montoya, a su hermano lo mataron los colectivos (pro gubernamentales)», ha argumentado.
López ha reiterado que es inocente «y así quedará registrado para la historia». No obstante, ha asumido «toda la responsabilidad de haber convocado a la calle» y ha aseverado que «lo volvería a hacer» porque «la respuesta masiva ratifica que estaba en lo correcto».
«No me arrepiento de haber llamado a la calle en un momento de pasividad aparente, pero con un mar de fondo que se puso en evidencia. Tampoco me arrepiento de haberme presentado voluntariamente ante un Estado verdugo del futuro de todos los venezolanos», ha insistido.
«Pero así como yo asumo mi responsabilidad y di la cara ante una justicia injusta, que Maduro, rodeado de los símbolos del poder y de la debilidad de su Gobierno, también asuma la suya», ha exigido el jefe de VP.
LUCHA ORGANIZADA
En consecuencia, el que fuera alcalde del municipio de Chacao se ha mostrado convencido «de que tenemos que seguir en la lucha». «No hay razón para claudicar. Quien no se rinde jamás podrá ser vencido», ha argumentado.
«Lo ocurrido es una expresión de un pueblo guiado por unos jóvenes, al que le han expropiado su futuro y pisado su presente. Las protestas han sido masivas en todo el país y, a pesar de la violencia y la represión del Gobierno, han seguido y seguirán», ha dicho.
López ha considerado que «lo que toca ahora es comprender e interpretar ese sentimiento y darle un curso para mantener la llama de la esperanza encendida», explicando que eso significa «definir unos objetivos en el corto plazo que sean alcanzables».
En primer lugar, ha exigido «justicia para los culpables de la represión, las muertes y los encarcelamientos» que se han producido en el marco de las protestas antigubernamentales.
«Dos: la recomposición de los poderes, que se sustituya a quienes tienen sus períodos vencidos y a la fiscal y a la contralora, que han mostrado ser cómplices y culpables por acción y por omisión de lo que está ocurriendo», ha apuntado.
Por último, ha pedido «que se haga justicia con la estafa de los 30 millones de dólares que se robaron de la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI) y que el Gobierno admitió». «No hay investigación, pero sí hay hambre, escasez e inflación», ha denunciado.
Interrogado sobre la ola de violencia, ha aclarado que no está de acuerdo, pero ha considerado que «hay que entender que son expresiones desesperadas de un pueblo asfixiado y humillado».
Como remedio ha señalado a «la organización de la lucha no violenta». «La calle es el principal escenario, pero no el único. El aula de clase, el lugar de trabajo, el carrito de la compra y la familia también lo son», ha indicado.
DIÁLOGO DE PAZ
Por último, se ha referido a los numerosos llamamientos que ha hecho Maduro a la oposición para que acuda al Palacio de Miraflores a hablar de paz, que han sido rechazados por sus líderes, que exigen antes liberar a los detenidos, procesar a los responsables de la violencia y el fin de la represión.
«No se puede hablar de paz si no hay justicia. En las condiciones actuales la justicia tiene que dar señales claras en la determinación de responsabilidades por los muertos y por los heridos, reprimidos y presos, pero también en la estafa histórica de Cadivi», ha reiterado.
López ha defendido que «el diálogo tiene que aterrizar en acciones concretas, apegadas a la Constitución». «Hasta ahora es un libreto repetido de lo ocurrido en episodios anteriores de diálogo frustrado. El diálogo tiene que hablar con hechos», ha concluido.