Su procesamiento supone un varapalo político para la jefa de Estado. El escándalo, que versa sobre el rescate de la única imprenta de billetes de Argentina, estalló en 2012
El vicepresidente de Argentina, Amado Boudou, será procesado por los delitos de «cohecho pasivo y negociaciones incompatibles» a petición del juez federal Ariel Lijo, en relación a los supuestos favores que podría haber hecho a la imprenta Ciccone cuando ejercía su cargo de ministro de Economía entre 2009 y 2011. Boudou, que fue elegido por el voto popular en 2011 junto con la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ha contado hasta ahora con su respaldo.
El juez ha dictado «procesamiento sin prisión preventiva» para los seis acusados, entre los que se encuentra el vicepresidente, y ha anunciado que embargará bienes hasta cubrir la suma de 200.000 pesos (unos 24.500 dólares). Asimismo, ha fijado el 16 de julio para tomar declaración a Boudou, que solicitó ampliar su testimonio.
El propio Boudou ha pedido este viernes 27 junio 2014 volver a declarar en indagatoria «a fin de relatar algunas cuestiones que resultarán de interés para la investigación». El vicepresidente declaró por primera vez el pasado 9 de junio y, tras su declaración, adelantó a los medios que volvería a comparecer, tal y como explica el diario argentino ‘Clarín’.
Esta medida aplicada por el juez afecta también a su amigo José María Núñez Carmona; al empresario y supuesto testaferro, Alejandro Vandenbroele; al ex funcionario de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Rafael Resnick Brenner; al dueño de la imprenta, Nicolás Ciccone; y al yerno de Héctor Ciccone, Guillermo Reinwick.
Las acusaciones giran en torno a la empresa Ciccone –impresora de billetes de curso legal–, que fue «salvada» de la quiebra en 2010 por fondos supuestamente de allegados a Boudou. Luego, ante el escándalo por la presunta relación del vicepresidente con los nuevos dueños de Ciccone, la firma terminó siendo expropiada por el Estado.
La comparecencia de Boudou el 9 de junio 2014 se convirtió en la primera vez que un miembro del Ejecutivo es citado ante la justicia como imputado. Boudou, sin embargo, ha defendido en todo momento su inocencia. El vicepresidente puede ser juzgado pero no detenido, a menos que le destituya el Congreso.
FIEL A KIRCHNER
Boudou, de 51 años, es un economista de pasado liberal que se integró en el kirchnerismo en 2003. En 2008, como jefe de la Seguridad Social, impulsó la reestatalización del sistema de pensiones que había sido privatizado en la década de los noventa, cuando Boudou era militante de derecha. Por su fidelidad absoluta a la peronista Fernández, ella lo designó candidato a vicepresidente en las elecciones de 2011. Juntos obtuvieron entonces el 54% de los votos. Pero a poco de asumir la vicepresidencia del país, Boudou se enfrentó al caso Ciccone. En Argentina la función del número dos del Gobierno no es ejecutiva sino que se limita a presidir el Senado y a reemplazar al jefe de Estado en caso de enfermedad, muerte o viajes.