Con una galopante inflación que según el FMI subirá este año hasta el 204,1%, y la caída en picado y a la par del PIB, -que alcanza niveles superiores a la de las belicosas Ucrania o Yemen- el país de Nicolás Maduro se ve abocado al desastre. (¿Qué implica el ‘estado de emergencia económica’ decretado por Maduro en Venezuela?).
El invento de la llamada Misión Mercal S.A., uno de los programas sociales que el Gobierno venezolano puso en marcha a modo de parche en abril de 2003, dotando a los almacenes y supermercados con alimentos y otros productos de primera necesidad, no da abasto. (Las ideas de bombero del lumbreras que ha fichado el chavista Maduro para resolver la crisis económica de Venezuela).
Y si no que se lo pregunten a los que hacen cola diariamente durante horas, que se las ven y se las desean para llenar a medias la cesta de la compra… si pueden.
Este fin de semana, un grupo de venezolanos protagonizó un riña a las afueras de un ‘Mercal’. En el establecimiento se vendía leche a precio regulado, uno de los productos que desde hace varios años escasea en el país, aunque no había ni una gota.
Así, desesperada, la gente se da de puñetezos, mujeres incluidas. Y solo es el principio de lo que se avecina: la caída de la renta petrolera y la poca producción llevan a la escasez de mucha cosas: desde alimentos básicos hasta medicamentos esenciales para la vida cotidiana.
«Lo que más preocupa en el 2016 es la llegada a una crisis alimentaria, porque el Estado no va a tener recursos para importar comida»,
asegura al respecto el economista y docente de la Universidad Central de Venezuela, Douglas Becerra.