Fuerte apuesta por la seguridad en El Salvador. El mes pasado detuvieron a más de 3.000 personas en el país centroamericano, dentro del Plan de Control Territorial para acabar con el control que ejercen las pandillas conocidas como ‘maras’, implantado por el presidente, Nayib Bukele, prácticamente desde su elección. Estos grupos criminales aterrorizan a la población en muchas zonas de centroamérica utilizando la extorsión, el chantaje y la violencia física y sexual.
Según ha informado la corporación policial en su web oficial, 736 de las detenciones se realizaron bajo orden administrativa y 2.208 por evidencias claras de delito. También ha afectado a 152 menores de edad que operan en las pandillas.
El Plan de Control Territorial pretende erradicar estas bandas, empezando por la incomunicación de los ‘mareros’ en los 28 centros penitenciarios nacionales. De hecho, este sábado se trasladó a más de 1.000 pandilleros para reorganizarlos y romper el paradigma que desde hace 15 años nadie cuestiona, en el que se segregan a distintas bandas en centros de reclusión separados.
El presidente asegura que es necesario que la población «deje de pagar la extorsión: si lo hacen, están botando su dinero«. Añadió que las fuerzas del orden «han venido para quedarse» en las 16 ciudades que incluye el plan, con el objetivo de retomar el control sobre la población que ejercen actualmente ‘las maras’. Asimismo, Bukele hizo un llamamiento a todos los jóvenes, advirtiendo que las bandas solo traen «cárcel y muerte».
Este operativo está avalado por la Comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa del país, y por tanto cuenta con una financiación adicional de 31 millones de dólares para poder mantener a los soldados y agentes desplazados al menos hasta diciembre.