El diálogo ha sido la herramienta más útil para afianzar a la dictadura venezolana durante sus momentos más difíciles. Antonio Ledezma, alcalde Metropolitano de Caracas en el exilio, realiza un resumen de los principales encuentros entre la oposición y el régimen de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, donde la conclusión ha sido la misma durante todos los años: un total incumplimiento de los acuerdos por parte del chavismo, ganar tiempo para un proceso de reestructuración y seguir operando criminalmente bajo la mesa.
Ledezma recuerda que los primeros contactos iniciaron en 2003-2004, con la participación de representantes de Colombia, Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA), donde se había acordado el desarme de los círculos bolivarianos y el respeto a la libertad de expresión. ¿El resultado real? la creación de los grupos paramilitares llamados ‘colectivos’ y el cierre de la cadena de televisión RCTV y de decenas de cadenas de radio.
El modelo implementado por Hugo Chávez fue replicado por Nicolás Maduro, quien lanzó el diálogo televisado con la oposición, que se limitó a una lectura de discursos y, según el alcalde Metropolitano, “en una parodia que solo sirvió para adormecer las protestas civiles que se vivían en la calle”. Una situación que, sin embargo, no lograron impedir que la oposición se hiciera con la Asamblea Nacional.
El guión se repitió una y otra vez. Ledezma recuerda que hasta el Papa envió a dos representantes a Venezuela sin éxito, así como tampoco tuvieron una finalidad democrática las reuniones celebradas en República Dominicana (donde se contó con la activa presencia de José Luis Rodríguez Zapatero), o las más recientes de Oslo y Bermudas, “donde siquiera conocemos cuál es la agenda y los participantes involucrados”.