El ministro de Exteriores en funciones, Josep Borrell, se convertirá en noviembre de 2019 en el nuevo jefe de la diplomacia comunitaria. El ‘ascenso’ fue celebrado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el mensaje “España ha vuelto”, haciendo referencia a que el mismo cargo ya había sido ocupado por Javier Solana entre 1999 y 2009. Una victoria para la política internacional de España que, para los seguidores del PSOE, ha quedado ligeramente opacada por la incapacidad de sentar a un socialista al frente de la Comisión Europea, el órgano clave del poder comunitario.
Entre las competencias que tendrá Josep Borrell entre sus manos están la jefatura de la diplomacia europea y una cierta coordinación de políticas de defensa, así como temas relacionados con la ayuda humanitaria y la política migratoria. Unas áreas que han encendido las alarmas para los seguidores de Juan Guaidó y que han despertado la esperanza entre las personas afines al régimen de Nicolás Maduro. Aún está reciente la reunión que mantuvo el ministro de Exteriores en funciones con el canciller venezolano Jorge Arreaza, quien mantuvo una reunión para ganar el apoyo de España y garantizar que el gobierno de Pedro Sánchez fuera un aliado en las instituciones europeas para bajar la presión de las sanciones económicas y reducir la persecusión de los capitales provenientes de Venezuela que podrían estar vinculados con la corrupción chavista.
Como nuevo jefe de la diplomacia comunitaria, Borrell seguirá teniendo que lidiar con el ‘caso Venezuela’. Un cargo desde el que podrá seguir vendiendo su mensaje de una negociación ‘al estilo Zapatero’, que sólo ha venido sirviendo para que el régimen de Nicolás Maduro gane tiempo y pueda seguir realizando actos atroces como torturar hasta la muerte a un capitán de coberta por apoyar la ‘Operación Libertad’ o disparar al rostro de un joven de 16 años por lo que perdió la vista.
El puesto de alto representante existe, con su estructura actual, desde 2011 con la pretensión de convertirse en el instrumento de gestión de las relaciones exteriores del bloque comunitario. Dicha cuota de poder podría explicar el constante interés de los representantes de Nicolás Maduro de permanecer cerca de Josep Borrell. No en vano, el ministro de Exteriores en funciones no sólo se reunió con Jorge Arreaza, sino que él y sus funcionarios más cercanos también ha mantenido encuentros constantes «y casi semanales» como han confirmado fuentes del propio ministerio a Periodista Digital América (PD América) con Mario Isea, el embajador en España del régimen chavista. Es importante recordar que, a pesar de que España reconoce a Juan Guaidó como presidente interino en Venezuela, aún mantienen a Isea como el embajador venezolano, en lugar de ser Antonio Ecarri, quien fue enviado por el propio Guaidó.